• Cuentos de la Guerra Civil

    218 páginas | Tapa blanda | Formato: 13 x 20.5 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    En 1861, tras un año en una academia militar, Ambrose Bierce se alistó en el Noveno Regimiento de Voluntarios de Indiana. Participó en algunas de las batallas más sangrientas de la Guerra Civil norteamericana, incluyendo la de Chickamauga, donde 34,000 hombres perdieron la vida. Arriesgó su pellejo en dos ocasiones para rescatar a compañeros caídos y, en 1864, resultó gravemente herido en la batalla de Kennesaw.
     

    Los cuentos de esta selección constituyen algunos de los mejores ejemplos de la obra de Bierce. Apoyándose sólidamente en su propia experiencia bélica, describe el lado oscuro de la naturaleza humana. Con un estilo sombrío y resuelto, da vida a personajes esculpidos por una época feroz y que reflejan su propia personalidad: alienación, agudeza irónica y fatalismo.

  • La verdad sobre el sofá

    44 páginas | Tapa blanda | Formato: 25 x 23 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Pss! Hola. Estoy acá para contarte algo que la policía de los muebles no quiere que sepas… Escuchá bien porque te voy a explicar todo.
     

    La mayoría de la gente piensa que los sofás son solo para sentarse o quizás para dormir una siesta, pero… ¿Sabías que los sofás pueden volverse locos si no los alimentas con una dieta equilibrada a base de monedas, teléfonos celulares y controles remotos? ¿Sabías, además, que algunos sofás se cultivan en granjas? Algunos vienen de dos sillas que se quieren mucho y otros, en realidad, son extraterrestres disfrazados. ¡Tenés tanto que aprender sobre el sofá!
     

    Este libro maravilloso reúne el humor característico del escritor Adam Rubin y el arte de Liniers. Juntos exploran la única y verdadera historia (¿En serio? ¿Estamos seguros?) del mueble más querido e incomprendido del mundo.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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