• El zorro de arriba y el zorro de abajo

    276 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2015

     

    José María Arguedas conoció las historias y personajes con los que escribió esta novela de un modo especial. En 1967, en su condición de profesor de la Universidad Agraria de La Molina, viaja a Chimbote, puerto del norte del Perú, para realizar allí un estudio antropológico sobre industrialización y procesos migratorios. En ese lugar, Arguedas vio “una especie de gran remolino social en el que grupos emigrados de diferentes zonas de la costa y de la sierra han entablado un estado de relaciones especialísimas”. De esa forma el escritor se nutría del antropólogo y encontraba la intuición fundante de la nueva novela: El zorro de arriba y el zorro de abajo, el hombre de la sierra y el de la costa; el pueblo peruano disgregado por la geografía y por la historia, pero conglomerado y dinámico a la vez en su búsqueda de mejores condiciones de vida. La novela sorprende a Arguedas en el momento de agudización de un cuadro depresivo que lo había acompañado por años; lo que evalúa como victoria le permite la templanza; lo que asoma como derrota lo conduce al desengaño. Y entonces, la escritura queda marcada por una toma de posición literaria radical: el escritor incluye en el libro las páginas de su diario de vida, entrelazando su historia con la de sus personajes; Arguedas queda así expuesto en la novela, como en abismo, escindido ante el proceso de la vida por su propia desesperanza y su impotencia frente a las cuartillas del proyecto literario y político que porfiaban por seguir en blanco, para quedar luego pobladas de humanidad, lucidez y rebeldía.

  • Justicia acústica. Escucha, peformatividad y trabajo de reorientación

    322 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    Es indudable que la escucha es medular en la vida cívica, por cuanto lo que se pone en juego en la acústica son las formas de poder. En atención a las maneras de escuchar, participación de la vida en común para centrarse en cómo lo que compone, Brandon LaBelle examina las dinámicas de la sonoridad es un medio dinámico que fomenta el potencial crítico y creativo de los individuos a la hora de reconfigurar la praxis social: capacidad de respuesta, resistencia, comprensión, disputa y reorientación, son claves en las luchas por el derecho a hablar y ser escuchado. Ahondar en el reconocimiento como forma neurálgica de participación implica ampliar las normas de lo acústico, que tocan directamente las cuestiones de lugar y desplazamiento, fronteras y comunidad, y que terminan por definir las capacidades del escuchar en tanto «ecologías poéticas de resonancia». Así, Justicia acústica indaga entre las prácticas sociales, el arte sonoro, la performatividad y las poéticas de la voz en el marco de la comunidad, con el objetivo de apuntar estrategias de rechazo y reparación, por medio de su agencia sónica.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

Menú principal