• Cantar del Waqachuta y otros cuentos

    156 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 15 x 21 cm.

     

    Leyendo el cuento El guardián de Paccayura, incluido en este libro que va por su cuarta edición, he vibrado de alegría y de tristeza, al comprobar la calidad narrativa de este joven escritor apurimense. Al recorrer la trama del relato he sentido alegría por la hondura y originalidad de su prosa, labrada con palabras y expresiones del «españoquechua», que maneja con destreza poética este discípulo literario de José María Arguedas, Gamaliel Churata y de otros grandes del arte de narrar que felizmente están entre nosotros (Enrique Rosas, Mario Guevara, Luis Nieto Degregori, Zelideth Chávez). Y mi mente se ha puesto triste porque Niel Palomino me ha hecho recordar que «nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir», como lo dijo Jorge Manrique y lo comprobaron Vallejo, Arguedas, Florián y tantos otros creadores que han pasado de la vida a la muerte, como ocurre con los padres del narrador de El guardián de Paccayura. Como el cuento referido, en este volumen hay otros cinco de la misma factura. Cuentos escritos con talento de auténtico fabulador que, nos revelan el mundo y el ser de los hombres de Grau – Apurímac llamados wakachutas.

  • El despertar del silencio

    84 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13.5 x 21 cm.

     

    Poemario del artista plástico puneño que, dividido en tres partes, cuenta las tradiciones del pueblo y las injusticias que sufren quienes menos tienen.

  • Justicia acústica. Escucha, peformatividad y trabajo de reorientación

    322 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    Es indudable que la escucha es medular en la vida cívica, por cuanto lo que se pone en juego en la acústica son las formas de poder. En atención a las maneras de escuchar, participación de la vida en común para centrarse en cómo lo que compone, Brandon LaBelle examina las dinámicas de la sonoridad es un medio dinámico que fomenta el potencial crítico y creativo de los individuos a la hora de reconfigurar la praxis social: capacidad de respuesta, resistencia, comprensión, disputa y reorientación, son claves en las luchas por el derecho a hablar y ser escuchado. Ahondar en el reconocimiento como forma neurálgica de participación implica ampliar las normas de lo acústico, que tocan directamente las cuestiones de lugar y desplazamiento, fronteras y comunidad, y que terminan por definir las capacidades del escuchar en tanto «ecologías poéticas de resonancia». Así, Justicia acústica indaga entre las prácticas sociales, el arte sonoro, la performatividad y las poéticas de la voz en el marco de la comunidad, con el objetivo de apuntar estrategias de rechazo y reparación, por medio de su agencia sónica.

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