• La memoria utópica del Inca Garcilaso. Comunalismo andino y buen gobierno

    388 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21.5 cm.

     

    Pocas obras en la historia de las ideas sociales y políticas han tenido un impacto tan duradero y profundo como los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega. Publicados por primera vez en 1609, los Comentarios suscitan desde finales de ese siglo el interés de reformadores sociales que buscan soluciones a la miseria extrema que afecta a gran parte de la población del continente europeo. En el siglo XVIII devienen una referencia mayor del debate político y cultural en Francia, mientras que en América son leídos por Túpac Amaru, el líder de la mayor insurrección indígena de la época colonial, y prohibidos en 1782 por el rey de España luego del fracaso del movimiento, a fin de que los naturales del país queden “sin ese motivo más de vivificar sus malas costumbres con semejantes documentos”. En el siglo siguiente y en el contexto de la tragedia social implicada por la “revolución industrial” europea, el “Perú de los Incas” descrito por el Inca Garcilaso es utilizado como un importante referente histórico para la elaboración de nuevas teorías sociales y de la idea moderna del “socialismo”. Asimismo, los Comentarios Reales están presentes, explícita o implícitamente, en la conocida discusión sobre el “socialismo inca” (o el “comunismo inca”) que se desarrolla en Europa y América Latina durante más de medio siglo.

  • Mi culo es mío. Mujeres que bailan como se les canta

    160 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Si históricamente en los bailes populares censurados las protagonistas eran las caderas, más recientemente el foco de interés se fue desplazando al movimiento y sacudimiento glúteo. Y el trasero, la cola, el culo –las partes bajas del cuerpo en el léxico bajtiniano de lo popular– se fue imponiendo como un signo cultural y político en disputa, atravesado por miradas, debates y experiencias. Modos de bailar de alta densidad erótica como el perreo y el twerking y músicas como la cumbia, el reggaetón, el trap o el electro pop son vistas por muchos como sexistas y degradantes para las mujeres. Sin embargo, en estos años también ganaron visibilidad y aceptación otras miradas impulsadas por artistas que reivindican estas prácticas como formas de reapropiación del goce y la autonomía de los cuerpos. El baile fue tomado por los discursos feministas como un recurso para reivindicar la soberanía sexual, generando un acercamiento novedoso entre las reivindicaciones políticas de género y la exhibición erótica de las mujeres en el ámbito musical.
     

    Este libro propone un recorrido por las músicas panlatinas de origen popular y ascenso masivo y su sincronización con el movimiento Ni Una Menos y las luchas por los derechos de género, desde una perspectiva de crítica cultural feminista. “Mi culo es mío” parafrasea la consigna de los años sesenta Mi cuerpo es mío, que en la lucha contra la violencia machistay por el derecho al aborto legal cobró vigencia nuevamente, resituando discusiones y posiciones del feminismo respecto a la libertad sexual pública expresada en y con la música.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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