• El hombre más triste. Retrato del poeta César Vallejo

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 13 x 21 cm.
    Edición de Leila Guerriero
    Año de publicación: 2021

     

    César Vallejo es una leyenda y sobre él se han escrito cientos de libros, ensayos y estudios académicos. Pero en El hombre más triste, Daniel Titinger mira más allá de su leyenda y dibuja el retrato de un hombre genial y complejo, que durante buena parte de su existencia no fue uno de los poetas más grandes de habla hispana sino un desconocido que, después de haber publicado un par de libros en su país sin que nadie le hiciera mucho caso, vivía en París con Georgette, una mujer a quien muchos señalan como manipuladora y tiránica, y se ganaba la vida redactando artículos periodísticos mal pagos mientras escribía poemas que guardaba en un cajón. En un notable trabajo de arqueología periodística que le tomó años, Titinger recorrió las ciudades esenciales en la vida de Vallejo –Santiago de Cucho, Trujillo, Lima, París–, visitó su tumba y su casa natal, diseccionó los enfrentamientos que Georgette tuvo con todos sus biógrafos, siguió pistas a veces infructuosas, habló con familiares lejanos, con especialistas y con fanáticos celosos, dio con un mechón de pelo del poeta guardado por el artista plástico Fernando de Szyslo, encontró a un médico que pudo ser clave para entender los motivos nunca develados de su muerte y, finalmente, se topó con una pieza mayor: un maletín que la viuda de Vallejo le confió, antes de morir, a una vecina y en el que se conservan documentos, fotos, cartas y revelaciones impensadas. Con una prosa de enorme elegancia, ejecutando un equilibrio perfecto entre la tensión dramática y la información rigurosa, Titinger desmonta la leyenda de Vallejo solo para volver a montarla y hacerla más humana, más intensa, más viva.

  • Susan Sontag. La entrevista completa de Rolling Stone

    142 páginas | Tapa blanda | Formato: 13 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Ensayista, directora de cine, novelista y activista de numerosas causas políticas, Susan Sontag encarnó durante cuatro décadas la esencia del intelectual público: aquella figura capaz de escribir sobre diversas áreas del saber –estética, filosofía, literatura, psicoanálisis– con el objetivo de ampliar las fronteras de la mirada, sin miedo al escrutinio del poder ni al cuestionamiento de los valores establecidos.
     

    Jonathan Cott, por su parte, conoció a la autora de Contra la interpretación en los agitados años 60, mientras era estudiante del Columbia College. A fines de los 70, cuando ya era editor para Europa de la revista Rolling Stone, entrevistó a Sontag en dos extensas jornadas, primero en París y luego en Nueva York. Este libro reúne por primera vez la conversación completa. Su punto de partida es el célebre ensayo Sobre la fotografía, los cuentos de Yo, etcétera y el volumen La enfermedad y sus metáforas. Lo impresionante, sin embargo, es el punto de llegada: al igual que en sus elogiados ensayos, el diálogo con Susan Sontag fluye de un tema a otro, en un sinuoso discurrir de ideas, para terminar abarcándolo todo: la lectura, el rock, los celos, la guerra, el arte, la sexualidad, la muerte.
     

    El resultado es un texto que plasma la curiosidad que siempre distinguió a la autora, así como su rechazo al conformismo y la voluntad de revisar sus juicios permanentemente. En suma, estás páginas se leen como la autobiografía intelectual de una de las críticas más gravitantes del siglo XX, alguien para quien amar, desear y pensar eran actividades entre las que no existía separación alguna.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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