• Contra el desarrollo personal

    Traducción: María Emilia Tijoux
    110 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Cada día vemos cómo prolifera la idea de que el logro de nuestros objetivos (como alcanzar la felicidad) depende de cuánto pongamos de nuestra parte conseguirlo. Todo está en conocernos y desplegar nuestro yo interior para que ese poder se manifieste hacia lo que queremos y deseamos. Es así como se realizan seminarios, coaching, talleres, aparecen artículos y una serie de libros que nos invitan a tomar las riendas de nuestras vidas. La moda del desarrollo personal se impone y nos insta a liberarnos de nuestras creencias limitantes y adquirir un “crecimiento interior” para convertirnos en mejores personas. Bajo el principio “si tú quieres, tú puedes”, aseguran que es el camino para lograr la autorrealización y el éxito personal.
     

    Sin embargo, Thierry Jobard viene a problematizar esta tendencia que promete mucho y deja poco. Basado en la psicología positiva, el desarrollo personal se presenta como una solución a nuestros problemas, pero en los hechos es una ilusión que evita enfrentar la realidad. El mercado de la psicología positiva crece de manera inversamente proporcional con el nivel de desesperación social, distrayéndonos de la posibilidad de reflexionar críticamente sobre nuestra condición actual, mientras nos ofrece una versión utilitaria de la felicidad que reduce nuestras expectativas a una cuestión meramente personal e individual.
     

    Detrás de los discursos inofensivos que sustentan esta moda, vemos la expresión de una ideología política. Porque el modelo de bienestar que promete el desarrollo personal constituye con frecuencia una autoexplotación. El colectivo desaparece, no existe, y deja paso a individuos responsables de todo, de su destino, su trabajo, su salud.

  • Peter Pan y Wendy

    194 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13 x 20.5 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    El año 1904 se estrenó por primera vez la obra de teatro de J.M Barrie titulada Peter Pan, o “el niño que no quería crecer”. Cuatro años más tarde la inquietud del público por el destino de Wendy Darling, la protagonista junto con Peter Pan, obligó al autor a incluir un epílogo en la representación. Cuando en 1911 se editó la adaptación a novela, la aventura ya era tanto de él como de ella y la obra merecía, además de su último capítulo, un nuevo título que le hiciera justicia.
     

    Peter Pan y Wendy es la novela original de una obra que recorrió el siglo XX sufriendo transformaciones. Todos conocimos la historia de este niño que volaba y que arrastró a los hijos de la familia Darling a la isla de Nunca Jamás, donde el dominio era de la fantasía y de los piratas liderados por el capitán Garfio. La obra no es infantil, sino para niños, no evita la sangre del combate ni la muerte: le habla a ellos y eso, a más de cien años de su publicación, la hace mágica, inagotable; como el mismo Peter Pan, se niega a crecer.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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