• Bola negra

    168 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 19 cm.
    Año de publicación: 2029

     

    Un entomólogo japonés que mantiene una peculiar relación con la comida (su prima murió de anorexia y su primo se convirtió en un destacado luchador de sumo), y cuya familia aún se rige por los antiguos preceptos japoneses, decide por voluntad propia dejar de comer después de un extraño sueño que tiene una noche. A partir de entonces, empieza a recordar distintos sucesos inexplicables que se dieron la primera vez que viajó a África y descubrió una nueva especie de insecto.
     

    Este relato de Bellatin, adaptado por Liniers y por el propio narrador, posee un aroma pesadillesco e inquietante, que lo convierte en un diamante de muy difícil clasificación en el mundo del cómic. El relato de Bola Negra también ha sido adaptado a una ópera que Bellatin ha filmado con la compositora Marcela Rodríguez en Ciudad Juárez (el lugar más mortífero de México), y a Documenta de Kassel (Alemania), la exposición quinquenal de arte contemporáneo.

  • Kazimir

    132 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13.5 x 21 cm.

     

    El cuestionamiento desordena aves de explotación en la basura de los fractales. Moisés Jimenez extrae vidrio molido de la panza del tiempo. Fig 4: Poema negro sobre fondo gris. Kazimir quebrado, espera. Se larga, esperando.

    Kazimir

    S/ 35.00
  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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