• ¿Puede la educación cambiar la sociedad?

    Traductora: María Cristina Valderrama
    280 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21.5 cm.

     

    En esta obra inspiradora, Michael Apple sostiene que la educación puede cambiar la sociedad en clave solidaria y emancipatoria, siempre y cuando el trabajo sea sistemático y lúcido; si lo llevan a cabo comunidades comprometidas con la transformación social y si estas lo conciben en primer lugar como camino de liberación de los más débiles y los más discriminados. Por tanto, la respuesta afirmativa a la pregunta que titula su libro es verosímil, pero también ardua, y exige una toma de posición política indiscutible e ineludible.

  • Los zapatos de Bianciotti

    108 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 20.5 cm.

    Las novelas y cuentos de Carlos Calderón Fajardo ya auguraban su buena perfomance en el difícil terreno del microrrelato. Prueba de ello es la presente selección que reúne cincuenta pequeñas ficciones que dejó en los archivos que ahora conforman su obra póstuma. Este libro es el primero que aparece tras el fallecimiento de quien fuera en vida un notable contador de historias. Sucesos extraños, escritores delirantes y seres solitarios quedan retratados aquí con un lenguaje plagado de ironía, humor negro y, muchas veces, iluminador.

  • Un rumor entre los árboles. Poemas sobre naturaleza y pájaros

    92 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En 1840, Emily Dickinson ingresó a la prestigiosa Academia de Amherst, sólo dos años después de que se aceptaran a mujeres. Allí, durante siete años estudió literatura, historia, religión, geografía, matemáticas, biología, griego y latín, y aprendió floricultura, horticultura y jardinería. En una clase de botánica, Emily quedó tan fascinada que empezó a elaborar su propio herbario, en el que acumuló cientos de plantas y flores prensadas, acompañadas de sus respectivos nombres en latín. Así nacerán los poemas contenidos en este volumen, en los que Dickinson se vincula, en su praxis cotidiana de la palabra, no sólo con una amplia variedad de especies vegetales, sino también con los pájaros, pues una importante fracción de su poesía, de una modernidad alejada de sus contemporáneos, está dedicada a la reflexión y contemplación de su entorno natural. «Si tengo la sensación física de que me levantan la tapa de los sesos, sé que eso es poesía», dirá Dickinson, afirmación que, sin duda alguna, define la experiencia que es su poesía. Estas páginas son destellos sutiles de una amante de la naturaleza, en comunicación con la tierra como alimento diario, su palabra llega hasta nosotros como flechas lanzadas hacia nuestro presente y futuro.

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