• Bola negra

    168 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 19 cm.
    Año de publicación: 2029

     

    Un entomólogo japonés que mantiene una peculiar relación con la comida (su prima murió de anorexia y su primo se convirtió en un destacado luchador de sumo), y cuya familia aún se rige por los antiguos preceptos japoneses, decide por voluntad propia dejar de comer después de un extraño sueño que tiene una noche. A partir de entonces, empieza a recordar distintos sucesos inexplicables que se dieron la primera vez que viajó a África y descubrió una nueva especie de insecto.
     

    Este relato de Bellatin, adaptado por Liniers y por el propio narrador, posee un aroma pesadillesco e inquietante, que lo convierte en un diamante de muy difícil clasificación en el mundo del cómic. El relato de Bola Negra también ha sido adaptado a una ópera que Bellatin ha filmado con la compositora Marcela Rodríguez en Ciudad Juárez (el lugar más mortífero de México), y a Documenta de Kassel (Alemania), la exposición quinquenal de arte contemporáneo.

  • El despertar del silencio

    84 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13.5 x 21 cm.

     

    Poemario del artista plástico puneño que, dividido en tres partes, cuenta las tradiciones del pueblo y las injusticias que sufren quienes menos tienen.

  • Un rumor entre los árboles. Poemas sobre naturaleza y pájaros

    92 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En 1840, Emily Dickinson ingresó a la prestigiosa Academia de Amherst, sólo dos años después de que se aceptaran a mujeres. Allí, durante siete años estudió literatura, historia, religión, geografía, matemáticas, biología, griego y latín, y aprendió floricultura, horticultura y jardinería. En una clase de botánica, Emily quedó tan fascinada que empezó a elaborar su propio herbario, en el que acumuló cientos de plantas y flores prensadas, acompañadas de sus respectivos nombres en latín. Así nacerán los poemas contenidos en este volumen, en los que Dickinson se vincula, en su praxis cotidiana de la palabra, no sólo con una amplia variedad de especies vegetales, sino también con los pájaros, pues una importante fracción de su poesía, de una modernidad alejada de sus contemporáneos, está dedicada a la reflexión y contemplación de su entorno natural. «Si tengo la sensación física de que me levantan la tapa de los sesos, sé que eso es poesía», dirá Dickinson, afirmación que, sin duda alguna, define la experiencia que es su poesía. Estas páginas son destellos sutiles de una amante de la naturaleza, en comunicación con la tierra como alimento diario, su palabra llega hasta nosotros como flechas lanzadas hacia nuestro presente y futuro.

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