• Cómo falsificar una sombra

    136 páginas | Tapa blanda | Formato: 12 x 16 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Veinte obituarios de escritores y artistas, escritos en las horas posteriores a sus muertes, como homenajes instantáneos; textos breves y de gran belleza que logran contener, en miniatura, todos los detalles de una vida.
     

    Alguna vez le preguntaron a Borges cómo pudo escribir un gran texto en una sola noche, y contestó que esa noche contenía todas las lecturas y los años de su vida. Este libro de Matías Serra Bradford parece venir a refrendar esa idea. Se trata de veinte obituarios de escritores y artistas, escritos en las horas posteriores a sus muertes, como homenajes precipitados o epitafios a mano alzada; textos breves y de gran belleza que logran contener, en miniatura, todos los detalles de una vida, pero también la inmensidad de una obra. ¿Retratos? ¿Ensayos? ¿Pequeñas biografías? ¿Notas al margen? Cómo falsificar una sombra camina por la cuerda invisible que enhebra distintos géneros y arma, así, un mapa accidental del arte en la segunda mitad del siglo XX. De Agnès Varda a Nicanor Parra, de J. D. Salinger a Harold Bloom, de Muriel Spark a Sergio Pitol, este auténtico gabinete de maravillas tiene el encanto de lo anacrónico y la fuerza de lo contemporáneo. Escritas con una prosa al mismo tiempo entrañable y quirúrgica, estas despedidas son piezas de colección, como cuadros de un museo personal.

  • La gaviotín y la extraña criatura

    40 páginas | Tapa blanda | Formato: 25 x 20 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    Una mamá gaviotín sobrevuela la playa en busca del lugar perfecto para anidar. Sin embargo, sus sitios preferidos han desaparecido y están repletos de contaminación. De pronto, se encuentra con una criatura que sale del océano. Este protector de la Naturaleza cambiará su vida para siempre.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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