• El acto estético

    190 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21 cm.
    Traductor: Francisco de Undurraga A.
    Año de publicación: 2021

     

    Distinto del acto artístico, científico y discursivo, el acto estético tiene un lugar esencial en la creación, pero también en el conocimiento y en el diálogo. El acto estético poetiza el mundo, lo musicaliza, hace de él un jardín, una coreografía y vuelve a darle forma. En definitiva, salvaguarda el mundo, crea un vínculo sustancial entre los hombres y permite escapar a la doble trampa del narcisismo y la melancolía. La teoría filosófica de Saint Girons muestra que el arte es una instancia de sentido y provisión del quehacer político, que todos somos actores estéticos que afrontamos el desafío de la alteridad y debemos reconocer que la “racionalidad estética” forma el cimiento sublime de la civilización. Saint Girons explica qué significa, dónde se sitúa y a qué se enfrenta cada uno de los elementos de su teoría, lo que hace de “El acto estético” una provocación.

  • Runap Kawsayninmanta yarawikuna. Poemas de vida

    160 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13.5 x 21 cm.
    Idioma: quechua

     

    El autor registra en su lengua natal (quechua) la cultura chumbivilcana a través de sus tradiciones y personajes. Esta edición contiene un breve estudio sobre la lengua quechua.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

Menú principal