• Cómo se ordena una biblioteca

    162 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Interesa acá recordar una mención de Borges a las bibliotecas: “ordenar una biblioteca es una manera silenciosa de ejercer el arte de la crítica”. La frase, desde que fuera pronunciada por primera vez, ha recorrido hasta hoy un largo trecho, asociando al criterio de orden una naturaleza del todo subjetiva y personal que les confiere su esencia a nuestras bibliotecas particulares. Con estos antecedentes y mi propio agobio, me he propuesto preguntarle a un breve número de escritores, críticos, historiadores, sociólogos y científicos de Argentina, Colombia, Chile, España y México, todos poseedores de importantes bibliotecas, por sus propios sistemas de ordenamiento. El resultado, como podrá leerse en las páginas que siguen, es francamente curioso y, a mi modesto entender, por momentos fascinante. De hecho, incluye todo tipo de estrategias que suman a la autobiografía la reflexión sobre el papel que los libros desempeñan en nuestras vidas, que plantean las tensiones entre el espacio público y el espacio privado, que se ocupan de la hipotética desaparición del problema con la extinción de los libros y que avizoran los nuevos inconvenientes que nos deparan otros sistemas de transmisión del conocimiento.

  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

  • Poetas que traducen poesía

    428 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2015

     

    Este libro reúne el testimonio de treinta y cinco poetas de diversas generaciones y procedencias que, desde distintas perspectivas, comentan cómo han traducido y cuáles fueron las dificultades más frecuentes con las que se toparon a la hora de traducir poesía. Como podrá comprobarse, no hay una única respuesta. Con todo, ya se trate de una reflexión general o de los datos específicos del trabajo sobre la obra de un único autor, los textos recogidos en el presente volumen explican y justifican las razones de esa práctica.

  • Una rueda dentro de una rueda. Cómo aprendí a andar en bicicleta

    78 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    El siglo XIX se despedía con aires de cambio. Expresiones como «igualdad», «libertad», «sufragio femenino», sonaban en las reuniones y en las calles de las grandes ciudades. Pronto, la bicicleta se integró en la revolución feminista y a las campañas de las sufragistas. «Pedalear por el sufragio», se convirtió en una proclama clave que se extendió como la pólvora. Así, el ciclismo pasó de ser una actividad recreativa, a tomar un significado reivindicativo contra las ataduras de la época victoriana. Sinónimo de liberación y de igualdad.
     
    Publicado por primera vez en 1895, Una rueda dentro de una rueda. Cómo aprendí a andar en bicicleta se transformó en todo un clásico. Un fascinante testimonio de la expansión de la bicicleta en el cambio de siglo, y de la libertad que este medio de trasporte ofrecía a las mujeres de entonces. Es también la crónica de una mujer singular: activista por reformas sociales contra el alcoholismo y el sufragio femenino –que afirmaba que las mujeres “deberían poder votar, especialmente si el marido estaba ebrio”–, que aprendió a andar en bicicleta a los 53 años de edad, motivando a las mujeres a superar las limitaciones de su época, y a involucrarse con prácticas que desafiaran su impuesto rol en la sociedad de finales del siglo XIX.

Menú principal