• ¿Puede la educación cambiar la sociedad?

    Traductora: María Cristina Valderrama
    280 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21.5 cm.

     

    En esta obra inspiradora, Michael Apple sostiene que la educación puede cambiar la sociedad en clave solidaria y emancipatoria, siempre y cuando el trabajo sea sistemático y lúcido; si lo llevan a cabo comunidades comprometidas con la transformación social y si estas lo conciben en primer lugar como camino de liberación de los más débiles y los más discriminados. Por tanto, la respuesta afirmativa a la pregunta que titula su libro es verosímil, pero también ardua, y exige una toma de posición política indiscutible e ineludible.

  • Este es el bosque: 25 poemas

    Autor/a:Eunice Odio

    134 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 11.5 x 18 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Este es el bosque reúne 25 poemas de la poeta costarricense Eunice Odio (1919-1974), una voz absolutamente fuera de serie de la literatura latinoamericana.

  • Oscura Pradera: 37 poemas

    Autor/a:Eunice Odio

    98 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 11 x 18 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    De las más de mil páginas de poesía que escribió el cubano José Lezama Lima (1910-1976), Oscura pradera presenta treinta y cinco poemas breves –escogidos y prologados por Vicente Undurraga–, fabulosa síntesis de una poética de audacia radical, tan asombrosa como incitante.

  • Sonido y acontecimiento

    204 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2016

     

    Un pensamiento clásico del sonido no podrá ser el mismo cuando nuestro mundo actual está absolutamente atravesado y ocupado, de manera inédita, por sonidos. De esta manera, el presente libro pretende realizar un ejercicio filosófico a partir de la inquietud que nace de la experiencia de esta actual vida sonora. Este ejercicio liga los sonidos a un pensamiento del acontecimiento totalmente independiente de cualquier algo. Toma como ejemplo permanente las propuestas de John Cage, quien quiso siempre prestar oído u oreja a la actividad sonora, sabiendo que en ningún caso escuchar consistía en apropiarse de los sonidos o apropiarse con los sonidos. No hay, en rigor, propiedad, apropiación, desapropiación de los sonidos: pura libertad del acontecer, pura libertad de la experiencia de la escucha. Al menos, ese es el horizonte, el silencio.

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