• ¿Qué es un aparato estético? Benjamin, Lyotard, Ranciére

    Traducido del francés
    148 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2012

     

    Un aparato es una configuración técnica del aparecer. De tal suerte, lo que aparece está, desde ya, configurado técnicamente por un aparato (appareillé). La perspectiva, el museo, la fotografía, el cine y la cura analítica podrán ser pensados como “aparatos”, pues configuran el aparecer del acontecimiento, por un lado creando nuevas condiciones de la temporalidad y por otro determinando nuevas estructuras del espacio, es decir, transformando, cada vez, la sensibilidad. Un aparato funciona como un objeto técnico según Gilbert Simondon, o sea, produciendo individuación y sociablidad. Walter Benjamin fue el primero en atisbar una teoría de los “aparatos”, al considerar que la fotografía y el cine no implicaban únicamente un cambio en los procedimientos de la representación sino que, además y por sobre todo, una revolución en las condiciones de la percepción. Jean-François Lyotard, por su parte, en su Discurso. Figura elabora la noción de “bloque de escritura”: la “superficie de inscripción”, es decir, el conjunto de configuraciones técnicas que permiten que el acontecimiento tenga lugar. Es a partir de estos y otros autores que Jean-Louis Déotte ha desarrollado una teoría que pretende repensar la política, la estética y el mundo contemporáneo desde el punto de vista de la técnica.

  • El despertar del silencio

    84 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13.5 x 21 cm.

     

    Poemario del artista plástico puneño que, dividido en tres partes, cuenta las tradiciones del pueblo y las injusticias que sufren quienes menos tienen.

  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

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