• La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

  • Walter Benjamin: la vida posible

    336 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2015

     

    No hay, probablemente no puede haber, punto de discusión: Walter Benjamin (1892-1940) fue un personaje ejemplar e irrepetible del siglo veinte europeo. Alemán judío, crítico literario y filósofo, huyó de la academia y del fascismo para viajar y escribir. Teórico del aura y de la tecnología, burgués unido al proletariado, documentalista de la experiencia pero no de su biografía, presagió y sufrió el horror de su época. Nunca encontró un lugar para establecerse, entre la infancia dorada en Berlín y los días de amparo en Mallorca; siguió a amores y amigos de Letonia a Dinamarca. Intentó sustentarse escribiendo e investigando, primero en Suiza y más tarde en París, desde donde finalmente tuvo que escapar. Premunido de morfina luego del incendio del Reichstag, optó por suicidarse cuando, después de atravesar a pie los Pirineos hacia España, lo iban a obligar a devolverse.
     

    “Hay algo en Walter Benjamin que lleva a especular acerca de lo que hubiese sido, lo que pudo haber sido y lo que debió ser”, dice la autora de esta formidable biografía. “El terrible resultado de su vida se intenta subvertir al transformar la historia, que ya está completa, en algo incompleto, al menos en la imaginación”. En esta investigación sobre sus circunstancias, textos y manuscritos, cartas y papeles, sobre los lugares, las cosas, las personas y las ideas que le interesaron, no hay ni ángel ni víctima, sólo un escritor brillante que quiso ser libre pero quedó atrapado. Más que el genio melancólico, aparece aquí el hombre que padeció incuestionables pellejerías y sin embargo nunca abandonó la labor de articular una vida posible.
     

    Para Benjamin, el presente es el tiempo en el que puede emerger, en cualquier momento, la “oportunidad revolucionaria de una solución nueva a un problema completamente nuevo”. No se trata, desde luego, de una ingenuidad, sino de un argumento: la historia es un acto de remembranza, los cursos históricos son totalmente manipulados y el orden impuesto es falso. El crimen político lo condenó a la soledad, y su única salvación fue rechazar los modos heredados de entender al mundo “en términos de progreso automático, donde la crisis es una excepción y hay un despliegue objetivo hacia un nuevo futuro siempre mejor que nunca llega”. Benjamin vivió, leyó y escribió otra historia.

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