• Contra el desarrollo personal

    Traducción: María Emilia Tijoux
    110 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Cada día vemos cómo prolifera la idea de que el logro de nuestros objetivos (como alcanzar la felicidad) depende de cuánto pongamos de nuestra parte conseguirlo. Todo está en conocernos y desplegar nuestro yo interior para que ese poder se manifieste hacia lo que queremos y deseamos. Es así como se realizan seminarios, coaching, talleres, aparecen artículos y una serie de libros que nos invitan a tomar las riendas de nuestras vidas. La moda del desarrollo personal se impone y nos insta a liberarnos de nuestras creencias limitantes y adquirir un “crecimiento interior” para convertirnos en mejores personas. Bajo el principio “si tú quieres, tú puedes”, aseguran que es el camino para lograr la autorrealización y el éxito personal.
     

    Sin embargo, Thierry Jobard viene a problematizar esta tendencia que promete mucho y deja poco. Basado en la psicología positiva, el desarrollo personal se presenta como una solución a nuestros problemas, pero en los hechos es una ilusión que evita enfrentar la realidad. El mercado de la psicología positiva crece de manera inversamente proporcional con el nivel de desesperación social, distrayéndonos de la posibilidad de reflexionar críticamente sobre nuestra condición actual, mientras nos ofrece una versión utilitaria de la felicidad que reduce nuestras expectativas a una cuestión meramente personal e individual.
     

    Detrás de los discursos inofensivos que sustentan esta moda, vemos la expresión de una ideología política. Porque el modelo de bienestar que promete el desarrollo personal constituye con frecuencia una autoexplotación. El colectivo desaparece, no existe, y deja paso a individuos responsables de todo, de su destino, su trabajo, su salud.

  • Justicia acústica. Escucha, peformatividad y trabajo de reorientación

    322 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    Es indudable que la escucha es medular en la vida cívica, por cuanto lo que se pone en juego en la acústica son las formas de poder. En atención a las maneras de escuchar, participación de la vida en común para centrarse en cómo lo que compone, Brandon LaBelle examina las dinámicas de la sonoridad es un medio dinámico que fomenta el potencial crítico y creativo de los individuos a la hora de reconfigurar la praxis social: capacidad de respuesta, resistencia, comprensión, disputa y reorientación, son claves en las luchas por el derecho a hablar y ser escuchado. Ahondar en el reconocimiento como forma neurálgica de participación implica ampliar las normas de lo acústico, que tocan directamente las cuestiones de lugar y desplazamiento, fronteras y comunidad, y que terminan por definir las capacidades del escuchar en tanto «ecologías poéticas de resonancia». Así, Justicia acústica indaga entre las prácticas sociales, el arte sonoro, la performatividad y las poéticas de la voz en el marco de la comunidad, con el objetivo de apuntar estrategias de rechazo y reparación, por medio de su agencia sónica.

  • La cultura del miedo I. Democracia, identidad, seguridad

    Autor/a:Marc Crépon

    98 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2019

     

    Es por el mantenimiento de un miedo cotidiano que los regímenes autoritarios aseguran su influencia sobre la vida de cada individuo. Podríamos pensar que este miedo es propio de regímenes no democráticos cuyos dirigentes no tienen otro recurso para asegurar su dominación más que desarrollar una verdadera cultura del miedo. Sin embargo, hay un rasgo que distingue hoy en día a las democracias occidentales, que es precisamente el desarrollo exponencial de una cultura del miedo, a la cual ningún discurso político puede resistir.

  • La cultura del miedo II. La guerra de las civilizaciones

    Autor/a:Marc Crépon

    Traducción: Alejandro Bilbao y Javier Agüero Águila
    76 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21.5 cm.

     

    La tesis de “la guerra de las civilizaciones” obtuvo una mayor relevancia luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando algunos pensaron encontrar en su visión la clave para entender lo que había ocurrido. Desde entonces, esa idea no sólo no ha dejado de ser insidiosamente difundida en los discursos públicos, en virtud de la “identidad” y de la “seguridad”, sino que además ha inspirado las políticas de inmigración. Por todos lados, los poderes políticos, ideológicos y religiosos se han apoderado de la fuerza propia del apego que estas identificaciones suscitan para ejercer y conservar su control sobre la vida.

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