El despertar
S/ 59.00
180 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm. | Año: 2023
Kate Chopin publicó El despertar (1899) con la convicción de que sería su obra mayor. Sin embargo, la moralizante crítica literaria de la época fue lapidaria. Se conoció peyorativamente como “la Madame Bovary criolla”. Tal animadversión hizo que su editor cancelara la siguiente publicación de la autora, infortunio al que le siguió una serie de pérdidas de seres queridos. Tres años después, bajo un frágil estado de salud, Chopin redactó su testimonio. Murió en 1904 producto de un derrame cerebral.
Tuvieron que pasar seis décadas para que, gracias al auge de los movimientos feministas y de derechos civiles, esta pionera y sofisticada novela volviera a circular. El contexto favoreció a su relectura y cuestionamiento del canon, posicionándola como una pieza clave de la literatura moderna y obra ineludible de la nueva mujer estadounidense. La audacia con que tensiona temas como el matrimonio, la maternidad, el suicidio o la sexualidad, posiblemente fueron las causas de su silenciamiento, así como también de su actual y siempre renovada vigencia.
Sobre la autora
Kate Chopin o Katherine O’Flaherty Faris nació en Saint Louis en 1850, en el seno de una acomodada familia franco-irlandesa liberal y plurilingüe. Asistió a las monjas católicas del Sagrado Corazón, donde recibió una educación adelantada para su época, a contracorriente del conservadurismo decimonónico de su país. Allí se consolidó como una ávida lectora y se hizo conocida por la excelencia de sus ensayos. En 1870 se casó con Oscar Chopin, un joven de origen criollo nacido en Luisiana. El matrimonio tuvo cinco hijos y una hija. La escritora enviudó en 1882. Entonces se hizo cargo del negocio heredado de su marido y al poco tiempo se mudó con su familia a Saint Louis. Dedicó su vida a escribir artículos, traducir obras francesas y a escribir relatos breves. Fue autora de un centenar de cuentos y de las novelas La culpa (1890) y El despertar (1899). Murió en 1904 en la misma ciudad en que nació y que sirvió de escenario para sus obras. Pese al largo silenciamiento, su nombre resurgió en la década de los sesenta gracias a los movimientos feministas y de derechos civiles. A partir de entonces, su obra ha vuelto a circular en diversos idiomas y ediciones, resignificando su merecido lugar en el canon y en la literatura de la nueva mujer estadounidense, junto a autoras como Charlotte Perkins Gilman y Willa Cather.
Reseñas
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