• Vino y literatura

    172 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Vino y literatura es una selección de siete ensayos que ponen sobre la mesa el histórico vínculo entre el vino y los escritores, entre el beber y el narrar, en un tono divertido y crítico, con cuantiosas referencias históricas y culturales. Un libro para amantes de la gastronomía y la literatura, para especialistas en enología, cultura del vino y los maridajes impertinentes, que nos hace viajar por la Grecia clásica con la Ilíada y la Odisea, donde el vino aparece varias decenas de veces en contextos distintos y cumpliendo una interesante serie de funciones, tanto sociales como rituales. Setecientos años más tarde, en París, Baudelaire escribe su serie de poemas al vino con los que lo convertirá en uno de los motivos centrales de las temáticas romántica y simbolista.
     
    De la tradición hispánica nos habla otro de los autores, quien traza una trayectoria vitipoética a lo largo de la extensa tradición de España en ese ámbito, país mediterráneo y país católico. Richard Gwyn nos habla de lo engañosa que resulta la fascinación por la dupla alcohol-literatura, en un breve recorrido por la vida y la obra de autores como Hemingway o Lowry, narrando también sus propios recuerdos infantiles y juveniles. Otra viajera que integra lectura y sensaciones personales entre el vino y la literatura es Garland, quien, en «Anhelo de redención» teje una serie de estampas de juventud, cuando «todo era nuevo», con lecturas que inician con un también muy joven Gilgamesh.
     

    Un libro que le hará viajar y embriagarse de historias, de anécdotas en muy buena compañía.

  • Walter Benjamin: la vida posible

    336 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2015

     

    No hay, probablemente no puede haber, punto de discusión: Walter Benjamin (1892-1940) fue un personaje ejemplar e irrepetible del siglo veinte europeo. Alemán judío, crítico literario y filósofo, huyó de la academia y del fascismo para viajar y escribir. Teórico del aura y de la tecnología, burgués unido al proletariado, documentalista de la experiencia pero no de su biografía, presagió y sufrió el horror de su época. Nunca encontró un lugar para establecerse, entre la infancia dorada en Berlín y los días de amparo en Mallorca; siguió a amores y amigos de Letonia a Dinamarca. Intentó sustentarse escribiendo e investigando, primero en Suiza y más tarde en París, desde donde finalmente tuvo que escapar. Premunido de morfina luego del incendio del Reichstag, optó por suicidarse cuando, después de atravesar a pie los Pirineos hacia España, lo iban a obligar a devolverse.
     

    “Hay algo en Walter Benjamin que lleva a especular acerca de lo que hubiese sido, lo que pudo haber sido y lo que debió ser”, dice la autora de esta formidable biografía. “El terrible resultado de su vida se intenta subvertir al transformar la historia, que ya está completa, en algo incompleto, al menos en la imaginación”. En esta investigación sobre sus circunstancias, textos y manuscritos, cartas y papeles, sobre los lugares, las cosas, las personas y las ideas que le interesaron, no hay ni ángel ni víctima, sólo un escritor brillante que quiso ser libre pero quedó atrapado. Más que el genio melancólico, aparece aquí el hombre que padeció incuestionables pellejerías y sin embargo nunca abandonó la labor de articular una vida posible.
     

    Para Benjamin, el presente es el tiempo en el que puede emerger, en cualquier momento, la “oportunidad revolucionaria de una solución nueva a un problema completamente nuevo”. No se trata, desde luego, de una ingenuidad, sino de un argumento: la historia es un acto de remembranza, los cursos históricos son totalmente manipulados y el orden impuesto es falso. El crimen político lo condenó a la soledad, y su única salvación fue rechazar los modos heredados de entender al mundo “en términos de progreso automático, donde la crisis es una excepción y hay un despliegue objetivo hacia un nuevo futuro siempre mejor que nunca llega”. Benjamin vivió, leyó y escribió otra historia.

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