• Baldomero Pestana. Retratos peruanos

    138 páginas | Tapa dura | Formato: 24.5 x 31 cm.
    Año de publicación: 2015

     

    Grandes figuras de la literatura peruana del siglo XX como José María Arguedas, Ciro Alegría, Martín Adán, Julio Ramón Ribeyro y Sebastián Salazar Bondy, fueron fotografiados en los años 60 en Lima por Baldomero Pestana. Imágenes que no solo son un documento histórico valioso sino obras de arte, retratos dignos de museos.

     

    El libro reúne a 65 de esos importantes personajes en un centenar de fotos que forman una auténtica galería nacional de nuestra cultura. El libro cuenta con un prólogo de Mario Vargas Llosa, uno de los personajes fotografiados en los años 60.

  • Canción llévame lejos

    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 12 x 16 cm.
    Año de publicación: 2025

     

    La práctica del compilado o el mixtape fue furor hasta finales del siglo xx, cuando el mp3 terminó de desmaterializar a la música. Se trataba de elegir un puñado de canciones y darles un orden en un cassette o un CD para luego regalarlo a un amigo, a una pareja, a una conquista. El montaje de esa ofrenda musical era una tarea que habia que ejecutar con amor y responsabilidad. En Canción llévame lejos, Mauro Libertella tomó la estructura del compilado de canciones y lo convirtió en un libro. Son doce capítulos distribuidos en dos la-dos; de los Rolling Stones a Charly García, de Oasis a la Velvet Underground, pasando por Nick Cave y Franco Battiato.. ¿Ensayos sobre rock y pop? ¿Relatos autobiográficos? ¿Vindicaciones musicales? En todo caso, este libro es un testimonio sobre cómo algunas canciones nos acompañan de manera misteriosa. Se enredan con la vida hasta volverse inseparables y son el soundtrack del paso del tiempo.

    Canción llévame lejos

    S/ 50.00S/ 55.00
  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

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