• Filmar lo que no se ve. Filmar lo invisible. Una manera de hacer documentales

    275 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 17 x 24 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Este libro ha sido concebido como un manual en torno al proceso que sigue la realización de un documental. Sobre todo, se trata de un manual práctico que nos conduce por los caminos que transita el autor, desde cómo enfrentar esos pequeños “átomos dramáticos”, es decir la realidad, hasta la mezcla final del sonido. El texto surge a partir de las clases que Guzmán viene realizando desde 1983, lo que le ha permitido reflexionar en torno de su quehacer y compartir esa experiencia, la que de algún modo siempre es algo nuevo, porque en ella no deja de experimentar, de buscar la manera singular de comunicar. Y esta singularidad está asociada con el lugar que el documentalista asume para crear.
     

    Este texto se expande más allá de las orientaciones de cómo hacer cine-documental, e incorpora las secciones Sinopsis, Artículos y Reseñas que completan el cuadro. Ellas dan cuenta de una manera de ver, de recordar, de analizar, de situarse, de pensar la realidad y el relato literario y visual, es así como este libro “habla del corazón de un filme y también habla de lo que hay más abajo: los ladrillos, la materia, los átomos, los sonidos, que dan vida a una obra.”

  • Justicia acústica. Escucha, peformatividad y trabajo de reorientación

    322 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    Es indudable que la escucha es medular en la vida cívica, por cuanto lo que se pone en juego en la acústica son las formas de poder. En atención a las maneras de escuchar, participación de la vida en común para centrarse en cómo lo que compone, Brandon LaBelle examina las dinámicas de la sonoridad es un medio dinámico que fomenta el potencial crítico y creativo de los individuos a la hora de reconfigurar la praxis social: capacidad de respuesta, resistencia, comprensión, disputa y reorientación, son claves en las luchas por el derecho a hablar y ser escuchado. Ahondar en el reconocimiento como forma neurálgica de participación implica ampliar las normas de lo acústico, que tocan directamente las cuestiones de lugar y desplazamiento, fronteras y comunidad, y que terminan por definir las capacidades del escuchar en tanto «ecologías poéticas de resonancia». Así, Justicia acústica indaga entre las prácticas sociales, el arte sonoro, la performatividad y las poéticas de la voz en el marco de la comunidad, con el objetivo de apuntar estrategias de rechazo y reparación, por medio de su agencia sónica.

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