• Demonios encarnados. Izquierda, campesinado y lucha armada en Huancavelica

    282 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14.5 x 22 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Demonios encarnados narra la compleja historia de la politización rural campesina del siglo XX peruano. Fruto de un riguroso trabajo de historia oral y de acceso a archivos nunca antes revisados, Ricardo Caro cuestiona en este libro la idea del campo rural como el espacio más “atrasado” y “reacio al cambio” del proceso de construcción republicana. En sus páginas se cuenta el protagonismo político que tuvo la Federación Departamental de Comunidades y Campesinos de Huancavelica (FEDECH) y se reconstruye la biografía política del dirigente campesino Justo Gutiérrez Poma, que transitó en pocos años de activo promotor del desarrollo rural a un importante cuadro militar de Sendero Luminoso. Su fascinante historia nos permite adentrarnos en la trama de sociabilidades, espacios y tiempos del radicalismo campesino de la segunda mitad del siglo XX y de los inesperados efectos políticos que trajo consigo la reforma agraria velasquista en la zona sur andina del Perú.
     
    La biografía de Justo Gutierrez Poma sirve de vehículo para reconstruir aquellas dimensiones del periodo previo a la insurgencia armada de Sendero Luminoso, y muestra en detalle la dinámica de las acciones de las fuerzas del orden en su objetivo por controlar las acciones senderistas a inicios de la década de 1980. Este libro ilustra el devenir de la radicalidad más extrema a la que llegaron las prácticas, experiencias y discursos revolucionarios en el Perú del siglo XX.

    S/ 45.00S/ 50.00
  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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