• La coca sabe. Coca e identidad cultural en una comunidad andina

    358 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 17 x 24 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Ante los actuales intentos por erradicar el cultivo de la hoja de coca, vale la pena pensar en la diferencia entre el consumo ritual y cotidiano de ésta en los Andes y la demanda urbana para el narcotráfico: son necesarios 300 gramos de hoja de coca para destilar un gramo de cocaína. En su obra sobre los rituales, tanto privados como comunales insertos en la vida rural andina, Catherine J. Allen documenta de forma conmovedora el significado de la masticación de la hoja; considerándola una sustancia sagrada, cuyo consumo crea comunión entre los seres humanos, y también entre seres humanos y sus deidades. La coca es el sacramento andino por excelencia: la llaman hostia en analogía explícita con el referente católico. Rara vez se escucha la voz andina; a veces en la música. Aquí aparece disfrazada como investigación antropológica; pero sobre todo, es una fuente extraordinaria.

  • La Hermandad de la Casa Grande

    509 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 22 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Es 1879. Al norte, Chile defiende las inversiones extranjeras en la Guerra del Pacífico. Al sur, más allá de la Araucanía ya invadida, desde una isla grande casi inexplorada se dispersan rumores de violencia, superstición y de un Estado incapaz de imponer su ley.
     

    La élite estaría tranquila si algunos «elementos» que no están ocupados en la frontera con Perú penetraran Chiloé. Necesitan pruebas para condenar a esos delincuentes que aterrorizan a la población con viejas creencias indígenas. Se hacen llamar brujos. Se organizan como La Recta Provincia o La Hermandad de la Casa Grande. Mienten para asustar y cambian los nombres a las ciudades de la isla –Achao, Dalcahue o Quicaví–, confundiéndolas con otras: Buenos Aires, Villarrica, Salamanca.
     

    Si fueran solo mitos, al Gobierno le bastaría con dejar olvidado ese recóndito lugar. Pero quien se hace llamar El Mayor Mentiroso del Mundo asegura haber escapado de los brujos y recorre el norte deslumbrando a los extranjeros: les habla de maleficios, monstruos y asesinatos; de las sangrientas luchas entre clanes para hacerse de un reinado en decadencia. Por esas mentiras, o para asegurar un inestable orgullo nacional, coroneles y tenientes deciden darle fin a cosas que un mortal no tiene el poder de terminar.

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