• Abuso de sustancias

    180 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 15.5 x 23 cm.

     

    Contra toda convención de aquello que solemos llamar comunicabilidad, la obra de Bernstein destaca por realzar su contracara, utilizando aquello que se filtra por las vías de escape: pone en jaque ese cliché de que un poema necesariamente debe decirnos algo (como si pudiéramos ponerlo en la bolsa de valores o cuantificarlo). Para Bernstein, lo que queda fuera y lo que queda dentro del texto vale por igual. Para él, se debe mostrar el material con que se trabaja, poner el ojo en qué y el cómo se hace todo un arsenal lingüístico (eso que llamamos poema). Son textos que no pretenden seducirnos (a pesar de que originalmente estén confeccionados con un cuidado notable desde su música) mas sí nos cuestionan y nos dejan incómodos. Esta antología muestra este panorama: que cuanto se transa en un lenguaje se somatiza no por aquello que se enuncia, sino por lo que está fuera, que enfrentamos día a día y que la letra apenas toca. Son los pliegues de un relieve que cuesta digerir, un montaje que devela lo que pasa tras bambalinas. O un callejón por el que transitamos saturados de sustancias, de interferencias; una especie de nonsense, una broma aguda que se traduce en un extrañamiento múltiple, donde lo que se nos dice nunca es.

  • El poema del hachís

    54 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.

     

    Escrito en prosa hace más de ciento cincuenta años, este Poema del hachís es un desborde a la noción de género, una mezcla entre ensayo científico, poesía y testimonio. Baudelaire investiga de forma erudita y lucida sobre los orígenes del hachís, su uso espiritual y recreativo, y sobre todo las alteraciones que genera en la conciencia. Se trata de una invitación a pensar el consumo como una forma de conocimiento, una excitación de la imaginación, que cuestiona tanto el acercamiento ingenuo a las drogas como la moralina que objeta su uso cotidiano.

  • La tristeza de nuestros museos. Derivas de la modernidad en América Latina

    132 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    La tristeza de nuestros museos es un ensayo que aborda las inevitables tensiones entre la importación de modelos culturales en América Latina y la consigna del asentamiento de un proyecto de modernidad. El libro analiza estas tensiones a partir de la exposición de pintura «De Manet a nuestros días», un envío oficial del gobierno francés que circuló entre 1949 y 1950 por Argentina, Brasil, Venezuela, Perú, Chile y Uruguay, y pone especial énfasis en las dinámicas y posicionamientos de los circuitos artísticos latinoamericanos en el nuevo mapa cultural y geopolítico que empezaba a configurarse tras la Segunda Guerra Mundial.
     

    A través de archivos diplomáticos, de prensa, correspondencia y otras fuentes, Cecilia Bettoni monta un relato ágil y minucioso donde contrastan el anacronismo de la estrategia francesa para recuperar su dominio cultural sobre América Latina y el escepticismo de los países latinoamericanos respecto de la vigencia de ese modelo, en un escenario cultural, político y económico sensiblemente transformado por la influencia estadounidense y por los legítimos deseos de vanguardia y autonomía que despuntaban en el Cono Sur a mediados del siglo XX.

  • Thomas Wainewright, envenenador y otros textos fulminantes

    Autor/a:Oscar Wilde

    116 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Aunque varios de los textos que componen este librito de apariencia breve no habían sido antes traducidos al castellano, no es ésa la principal gracia que el lector encontrará en ellos. Al decir del traductor y encargado de la selección, Juan Manuel Vial, estos escritos nos muestran a un Oscar Wilde desconocido, que no figura, ni siquiera como espectro, en sus grandes obras literarias. Preocupado de asuntos espectaculares, como la existencia de aquel admirable envenenador llamado Thomas Wainewright, y de otros más cotidianos, como la decoración del hogar, la filosofía del vestir, las peculiaridades de los habitantes de Estados Unidos y las vicisitudes de las modelos y los modelos en Londres, Wilde se revela aquí como un férreo defensor del buen gusto, sin privarse, claro que no, de lanzar dardos emponzoñados en contra de los falsarios, los académicos y todos quienes, siguiendo una u otra moda, acabaron construyendo horrores, ya fuera en el arte o en la vida misma.

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