• Diario estúpido

    268 páginas | Tapa blanda | Formato: 18 x 26 cm.
    Año de publicación: 2023

     

    En 1966, Cecilia Vicuña, de dieciocho años, se obligó a escribir a máquina al menos una hoja al día, como un ejercicio “estúpido” para que salieran libremente, de manera casi inconsciente, sus intuiciones sobre la creación, la espiritualidad, el sexo o la política. “De pronto una fuerza invisible, como un aire caliente me despertó, agarrándome de la nuca, como las leonas agarran a sus cachorros. Me puso al borde de la cama y empezó a dictar. Había una Underwood al lado mío, y empecé a tipear”, recuerda. Durante cinco años se impuso esta tarea, hasta 1971, momento en que llevaba más de 1700 páginas, de las cuales este libro presenta una selección. Además de mostrar el espíritu de una época, dan cuenta de su formación como artista y las intuiciones de las que arranca su larga obra. De la pintura a las performances, del cine a la poesía, su trabajo ha calado en la sensibilidad contemporánea más allá de las fronteras nacionales, aplaudido por su celebración de lo precario y por construir una iconografía propia que une lo popular con lo ancestral, para hundir sus raíces en estos escritos tempranos, llenos de vitalidad y apertura hacia el mundo.

  • Vida animal. Figuraciones no humanas en el cine, la literatura y la fotografía

    184 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    En base a la hipótesis de que a partir de cierto momento histórico lo animal fue entendido como lo otro de lo humano, Vida animal se propone desdecirlo, y para ello despliega imágenes y relatos en los que lo animal y lo humano se pegotean hasta volverse indistinguibles. Se va tejiendo de este modo una “zoopoética” por la que se pasean cineastas, fotógrafos y escritores, pero también pensadores de diversas tradiciones y épocas, contradiciendo no solo las fronteras entre especies sino también entre diversas geografías, prácticas culturales y artísticas. Un libro erudito, preciso y necesario pero a la vez refrescante, que se lee como si miráramos una película y que, a medida que nos va llevando a pensar lo humano fuera de los límites del humanismo, va estirando también las posibilidades de lectura a las que nos lleva lo animal, para pasar a entenderlo como dispositivo estético. Lo animal se vuelve un espectro, un reflejo extrañado de nosotros mismos y, por lo tanto también, una apertura hacia otras formas de construir familia y comunidad en las que se pueda alojar ese trozo bestial que también nos pertenece.

Menú principal