• Mujeres y economía

    206 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 17 x 24 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    Charlotte Perkins Gilman traza un recorrido cultural por la relación económica entre hombres y mujeres. Detalla cómo la dependencia económica impulsada por las sociedades patriarcales, resulta un factor determinante que encasilla la posición histórica de la mujer: su exclusión del mundo intelectual o la estructuración del matrimonio y la familia, responden a esa lógica. Nos demuestra cómo la imposición de la maternidad y el trabajo doméstico fuerzan a la mujer a cumplir un doble papel: el de madre y mártir a la vez. Esta figura sacrificial se transmite a los hijos, perpetuando la imagen de las mujeres como trabajadoras no remuneradas, atrofiando su creatividad y crecimiento personal. En esta lúcida reflexión escrita hace más de un siglo –pero tristemente contingente–, Charlotte Perkins Gilman nos advierte que el ser humano es la única especie que ha impuesto que las mujeres dependan de los hombres para sobrevivir. “Las mujeres son factores económicos en la sociedad. Pero también lo son los caballos”, nos dice con ironía, legándonos un estudio-manifiesto imposible de desoír.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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