• Charly y la máquina de hacer música. Un viaje por el estilo musical de Charly García (1972-1996)

    216 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2021 (2da edición)

     

    ¿Cómo es la música de Charly García? ¿Podemos describir en palabras el estilo musical de sus canciones? Cada uno de los lectores de este libro tiene una variedad de respuestas posibles o tal vez solo la curiosidad de saber si es posible decir algo sobre su música que no haya sido ya dicho. Podemos abrir infinitos debates de café sobre cuál es su mejor disco, canción o época pero hay algo que no presenta discusión: a décadas de su primer disco con Sui Generis, Charly sigue mostrando su vigencia ininterrumpida dentro de la escena del rock argentino y latinoamericano. Se ha escrito mucho sobre su vida, sus excesos, sus provocaciones, sus discos, las letras de sus canciones o sus recitales. Pero este libro trata acerca de uno de los aspectos sobre los que, paradójicamente, menos se ha escrito: su música. Un libro revelador escrito desde una perspectiva específicamente musical poco explorada en la literatura sobre música popular latinoamericana que permitirá a los músicos un conocimiento detallado y profundo del funcionamiento de la música de Charly y, a los fans y melómanos curiosos, acercarse a algunas posibles claves para comprender algo más de su magia y encanto.

  • La aventura de la filosofía francesa. A partir de 1960

    Autor/a:Alain Badiou

    190 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21 cm.
    Traductora: Irene Agoff
    Año de publicación: 2014

     

    Convencido de que la filosofía escrita en lengua francesa en la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI constituye un momento filosófico comparable con el momento griego clásico y con el del idealismo alemán, Alain Badiou presenta en este libro un conjunto de textos que tratan sobre pensadores que publicaron lo esencial de su obra en francés en dicho periodo. Gilles Deleuze, Paul Ricoeur, Jean Paul Sartre, Louis Althusser, Bárbara Cossin, Jacques Rancière, entre otros, comparten, según Badiou, un programa de pensamiento que puede ser definido como el deseo de abandonar una serie de oposiciones: la oposición entre el concepto y la existencia; entre la filosofía y la vida; entre la filosofía del conocimiento y la filosofía de la acción, y entre la filosofía y la escena política -sin pasar por la distorsión de la filosofía-política-. Pero el programa que define al momento en cuestión es también, según el autor de este libro, el deseo manifiesto de rivalizar tanto con el psicoanálisis como con la literatura. Con el primero “en lo que atañe al pensamiento de un sujeto irreductible a la conciencia y, por lo tanto, a la psicología” y, con la segunda, “creando un nuevo estilo de exposición filosófica”.

  • No tengo amigos, tengo amores

    106 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 17 x 24 cm.
    Año de publicación: 2018

     

    Este libro teje un relato biográfico urdido con la aguda labia de Pedro Lemebel, autor irreductible cuya voz única se deja oír en estas páginas. Forjado con extractos de setenta y dos entrevistas, que se inician a mediados de los noventa y culminan solo meses previos a su muerte, este volumen contiene sus reflexiones políticas y vitales con una transparencia punzante. Porque Lemebel era, antes que todo, un orador desbordante que desestabilizaba a cualquier interlocutor. Dueño de una pluma afilada, barroca, cargada de dardos de certeza e ironía, Lemebel desnudó las heridas y las supuestas glorias nacionales desde la periferia de los cenáculos y camarillas literarias. Su legado es una escritura ineludible y un modelo para comprender la transgresión política desde la teoría del género. Sus opiniones impactaron como un certero gancho izquierdo a la mandíbula de las pulcras conciencias de la transición. No tengo amigos, tengo amores refleja al Lemebel crítico y teórico, que fundía experiencia y política y sospechó siempre de la “cueca democrática”. Un autor que seguiremos leyendo el próximo siglo, que nos habló de frente, sin pestañear: “No necesito disfraz/ aquí está mi cara/ hablo por mi diferencia”.

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