• Aquiles y la Guerra de Troya

    Ilustradora: Estelí Slachevsky Aguilera
    178 páginas | Tapa blanda | Formato: 17 x 24 cm.

     

    Este libro se centra en el personaje de Aquiles, héroe griego y semidiós, hijo de un mortal y de una diosa. Es una versión de la Ilíada que recoge episodios del poema de la guerra de Troya, pensando en lectores jóvenes y adultos que no conocen este texto fundamental. Los versos del poema de Homero nos entregan una visión amplia de la guerra y de la condición humana que en ella se da, sin una visión maniquea de buenos y malos; por el contrario, se exaltan por igual los sufrimientos, valentía, miedo de los guerreros griegos y troyanos. Así como se destaca la figura de Aquiles, también nos conmueve la figura de Héctor, hijo del rey Príamo de Troya.

  • La Hermandad de la Casa Grande

    509 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 22 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Es 1879. Al norte, Chile defiende las inversiones extranjeras en la Guerra del Pacífico. Al sur, más allá de la Araucanía ya invadida, desde una isla grande casi inexplorada se dispersan rumores de violencia, superstición y de un Estado incapaz de imponer su ley.
     

    La élite estaría tranquila si algunos «elementos» que no están ocupados en la frontera con Perú penetraran Chiloé. Necesitan pruebas para condenar a esos delincuentes que aterrorizan a la población con viejas creencias indígenas. Se hacen llamar brujos. Se organizan como La Recta Provincia o La Hermandad de la Casa Grande. Mienten para asustar y cambian los nombres a las ciudades de la isla –Achao, Dalcahue o Quicaví–, confundiéndolas con otras: Buenos Aires, Villarrica, Salamanca.
     

    Si fueran solo mitos, al Gobierno le bastaría con dejar olvidado ese recóndito lugar. Pero quien se hace llamar El Mayor Mentiroso del Mundo asegura haber escapado de los brujos y recorre el norte deslumbrando a los extranjeros: les habla de maleficios, monstruos y asesinatos; de las sangrientas luchas entre clanes para hacerse de un reinado en decadencia. Por esas mentiras, o para asegurar un inestable orgullo nacional, coroneles y tenientes deciden darle fin a cosas que un mortal no tiene el poder de terminar.

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