• La Hermandad de la Casa Grande

    509 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 22 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Es 1879. Al norte, Chile defiende las inversiones extranjeras en la Guerra del Pacífico. Al sur, más allá de la Araucanía ya invadida, desde una isla grande casi inexplorada se dispersan rumores de violencia, superstición y de un Estado incapaz de imponer su ley.
     

    La élite estaría tranquila si algunos «elementos» que no están ocupados en la frontera con Perú penetraran Chiloé. Necesitan pruebas para condenar a esos delincuentes que aterrorizan a la población con viejas creencias indígenas. Se hacen llamar brujos. Se organizan como La Recta Provincia o La Hermandad de la Casa Grande. Mienten para asustar y cambian los nombres a las ciudades de la isla –Achao, Dalcahue o Quicaví–, confundiéndolas con otras: Buenos Aires, Villarrica, Salamanca.
     

    Si fueran solo mitos, al Gobierno le bastaría con dejar olvidado ese recóndito lugar. Pero quien se hace llamar El Mayor Mentiroso del Mundo asegura haber escapado de los brujos y recorre el norte deslumbrando a los extranjeros: les habla de maleficios, monstruos y asesinatos; de las sangrientas luchas entre clanes para hacerse de un reinado en decadencia. Por esas mentiras, o para asegurar un inestable orgullo nacional, coroneles y tenientes deciden darle fin a cosas que un mortal no tiene el poder de terminar.

  • La tortura y el torturador. Perfiles psiquiátricos de agentes de la DINA

    202 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21.5 cm.

     

    El psiquiatra Rodrigo Dresdner vuelve a adentrarse en un análisis profundo para realizar un aporte significativo a la comprensión de la mente del torturador. Situándose en la dictadura chilena, periodo histórico en cual la tortura fue institucionalizada y formó parte de una política de Estado, Dresdner caracteriza a la DINA, primera policía secreta del régimen dictatorial de Pinochet responsable de numerosos crímenes de lesa humanidad, para luego centrarse en los perfiles psiquiátricos de tres de sus más siniestros agentes: Manuel Contreras Sepúlveda, Pedro Espinoza Bravo y Armando Fernández Larios.
     

    A partir de material de archivo y testimonios recogidos de primera mano, el psiquiatra nos muestra cómo la selección de los agentes de este perverso organismo de ninguna manera fue azarosa. Al contrario, precisamente fueron rasgos antisociales y psicopáticos los que destacaron en los perfiles de sus integrantes, quienes cometieron los horrorosos crímenes que aún supuran en el cuerpo herido de Chile

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