• Forcejeando con los ángeles. Introducción interesada a Stuart Hall

    332 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14.5 x 22 cm.

     

    Stuart Hall es considerado uno de los más influyentes teóricos de los estudios culturales y un crítico implacable de nuestra modernidad occidental. Su vasta obra intelectual mostró cómo las relaciones de poder en la sociedad capitalista se pueden comprender a través del desmontaje de sus aparatos simbólicos y manifestaciones culturales. Inspirado y promotor de un marxismo heterodoxo, Hall utilizó las herramientas propias de la lingüística, la antropología, la sociología, la estética y la semiología. Esto con la finalidad de reivindicar a grupos sociales subalternos tradicionalmente marginados por su racialidad, etnicidad, género y clase social.
     
    Eduardo Restrepo, destacado antropólogo colombiano, y discípulo del trabajo crítico de Hall, nos brinda con este libro una mirada profunda de aquello que considera de mayor relevancia dentro de los estudios culturales y sus posibilidades de repensarla desde América Latina. Su fino acercamiento con las obras de Stuart Hall le permiten presentar esta introducción interesada, para incentivar la lectura de su obra y fomentar diversas interpretaciones (e intervenciones) de sus estudios en las lectoras y lectores de hoy.

    S/ 30.00S/ 40.00
  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

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