• Doce pasos hacia mí

    80 páginas | Tapa blanda | Formato: 12 x 16 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    “Sofía, no te vayas a convertir en alcohólica”, le dice su padre cuando ella está por dejar Argentina para mudarse a Barcelona. Esa frase se convertirá en una profecía personal. Sofía se instala en España para trabajar en una librería y se incorpora al circuito nocturno de una ciudad que no duerme: fiestas, amigos, un novio cómplice; noches regadas de cerveza, como un espiral que consume litros de alcohol y amenaza con tragársela a ella. En la tradición de los libros híbridos, mezcla ensayo con narración y se apoya en la lectura de escritores y escritoras que caminaron lo que María Moreno llama “la pasarela del alcohol”. Con una prosa cercana, este libro es una ventana a una experiencia personal y abre la pregunta de cómo nacen y cómo se tramitan ciertos fantasmas que nos acompañan toda la vida.

    Doce pasos hacia mí

    S/ 50.00S/ 55.00
  • Los niños muertos

    192 páginas | Tapa blanda | Formato: 13.5 x 20.5 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    La exigencia política e histórica de Parra camina en paralelo a su exigencia literaria. La cita con la que se abre el libro está sacada de las “Memorias del subsuelo” de Dostoievski: “Somos criaturas muertas al nacer y hace tiempo que nacemos de padres no vivos”. La historia, los estratos de tierra, los fantasmas, los muertos en vida, los de abajo… Ninguna corrupción es mágica. La pobreza engendra debilidad y una forma de violencia que no se encamina en una dirección transformadora. En Los niños muertos Parra es un escritor sensible, certero y valiente.

  • Un rumor entre los árboles. Poemas sobre naturaleza y pájaros

    92 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En 1840, Emily Dickinson ingresó a la prestigiosa Academia de Amherst, sólo dos años después de que se aceptaran a mujeres. Allí, durante siete años estudió literatura, historia, religión, geografía, matemáticas, biología, griego y latín, y aprendió floricultura, horticultura y jardinería. En una clase de botánica, Emily quedó tan fascinada que empezó a elaborar su propio herbario, en el que acumuló cientos de plantas y flores prensadas, acompañadas de sus respectivos nombres en latín. Así nacerán los poemas contenidos en este volumen, en los que Dickinson se vincula, en su praxis cotidiana de la palabra, no sólo con una amplia variedad de especies vegetales, sino también con los pájaros, pues una importante fracción de su poesía, de una modernidad alejada de sus contemporáneos, está dedicada a la reflexión y contemplación de su entorno natural. «Si tengo la sensación física de que me levantan la tapa de los sesos, sé que eso es poesía», dirá Dickinson, afirmación que, sin duda alguna, define la experiencia que es su poesía. Estas páginas son destellos sutiles de una amante de la naturaleza, en comunicación con la tierra como alimento diario, su palabra llega hasta nosotros como flechas lanzadas hacia nuestro presente y futuro.

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