• Cantar del Waqachuta y otros cuentos

    156 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 15 x 21 cm.

     

    Leyendo el cuento El guardián de Paccayura, incluido en este libro que va por su cuarta edición, he vibrado de alegría y de tristeza, al comprobar la calidad narrativa de este joven escritor apurimense. Al recorrer la trama del relato he sentido alegría por la hondura y originalidad de su prosa, labrada con palabras y expresiones del «españoquechua», que maneja con destreza poética este discípulo literario de José María Arguedas, Gamaliel Churata y de otros grandes del arte de narrar que felizmente están entre nosotros (Enrique Rosas, Mario Guevara, Luis Nieto Degregori, Zelideth Chávez). Y mi mente se ha puesto triste porque Niel Palomino me ha hecho recordar que «nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir», como lo dijo Jorge Manrique y lo comprobaron Vallejo, Arguedas, Florián y tantos otros creadores que han pasado de la vida a la muerte, como ocurre con los padres del narrador de El guardián de Paccayura. Como el cuento referido, en este volumen hay otros cinco de la misma factura. Cuentos escritos con talento de auténtico fabulador que, nos revelan el mundo y el ser de los hombres de Grau – Apurímac llamados wakachutas.

  • Una rueda dentro de una rueda. Cómo aprendí a andar en bicicleta

    78 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    El siglo XIX se despedía con aires de cambio. Expresiones como «igualdad», «libertad», «sufragio femenino», sonaban en las reuniones y en las calles de las grandes ciudades. Pronto, la bicicleta se integró en la revolución feminista y a las campañas de las sufragistas. «Pedalear por el sufragio», se convirtió en una proclama clave que se extendió como la pólvora. Así, el ciclismo pasó de ser una actividad recreativa, a tomar un significado reivindicativo contra las ataduras de la época victoriana. Sinónimo de liberación y de igualdad.
     
    Publicado por primera vez en 1895, Una rueda dentro de una rueda. Cómo aprendí a andar en bicicleta se transformó en todo un clásico. Un fascinante testimonio de la expansión de la bicicleta en el cambio de siglo, y de la libertad que este medio de trasporte ofrecía a las mujeres de entonces. Es también la crónica de una mujer singular: activista por reformas sociales contra el alcoholismo y el sufragio femenino –que afirmaba que las mujeres “deberían poder votar, especialmente si el marido estaba ebrio”–, que aprendió a andar en bicicleta a los 53 años de edad, motivando a las mujeres a superar las limitaciones de su época, y a involucrarse con prácticas que desafiaran su impuesto rol en la sociedad de finales del siglo XIX.

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