• Las manos del general

    248 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 22 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En 1987 la tumba de Juan Domingo Perón fue profanada y su cadáver mutilado. El asesinato del juez que investigaba el caso paralizó las pesquisas, y hoy, casi 40 años después, nadie sabe dónde están las manos del expresidente argentino. Julio del año 2000: un hombre aparece tirado en una calle de Avellaneda. Tiene unas manos distintivas, aparentemente más viejas que su cuerpo: son las manos de Perón.
     
    Ricardo Moreno, tenaz y ambicioso periodista del diario Crónica, relegado por sus jefes en la redacción de notas sin importancia, está dispuesto a seguir cualquier información de algo tan serio como delirante. Pronto queda atrapado en una red de intrigas que conecta la profanación de la tumba de Perón, la muerte de comisarios y policías, el supuesto suicidio de un importante cirujano y la desaparición de una doctora en una colonia neuropsiquiátrica cercana a Buenos Aires. En esta novela, finalista del Premio Clarín 2020, el escritor argentino Gonzalo Fassón retoma el misterio de una de las mayores conspiraciones de la historia argentina. Con una narración ágil y un suspenso apremiante, desarrolla una investigación policial que busca lo que ya nadie busca y quizás encuentre lo que nadie quisiera encontrar.

  • Teatro peruano en el tiempo del miedo. Estética, historia y violencia (1980-2000)

    264 páginas | Tapa blanda | Formato: 14.5 x 20 cm.

     

    Entre los años 1980 y 2000 el Perú vivió una época de violencia sin precedentes, nacida del enfrentamiento de dos visiones extremistas sobre cómo solucionar los históricos problemas nacionales. Una se tomó el derecho de atacar el naciente orden democrático para instaurar un comunismo mesiánico, de métodos terroristas, ineficiente hasta en sus estrategias militares. La otra, aprovechando la urgencia de respuestas, se ocupó de desaparecer toda forma de oposición ideológica al liberalismo/capitalismo reinante, y se llevó de encuentro poblaciones vulnerables, históricamente postergadas. El resultado fue un tiempo de miedo, —manchay tiempo era llamado en la zona andina— un trauma social todavía perceptible en varias generaciones de peruanos.
     
    Ante este desplome del tejido social, los artistas del teatro se vieron forzados a dialogar con esta realidad angustiante. Sin embargo, muchos de los discursos escénicos sobre y en medio del conflicto armado, no han sido revisados con detenimiento, en una perspectiva de largo plazo, ni se ha establecido su posible influencia en el quehacer cultural posterior. Todavía algunas preguntas parecen pertinentes de formular: ¿Qué dijo el teatro peruano sobre la violencia?, ¿lo dijo bien?, ¿contribuyó a contar una verdad?

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