• Abuso de sustancias

    180 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 15.5 x 23 cm.

     

    Contra toda convención de aquello que solemos llamar comunicabilidad, la obra de Bernstein destaca por realzar su contracara, utilizando aquello que se filtra por las vías de escape: pone en jaque ese cliché de que un poema necesariamente debe decirnos algo (como si pudiéramos ponerlo en la bolsa de valores o cuantificarlo). Para Bernstein, lo que queda fuera y lo que queda dentro del texto vale por igual. Para él, se debe mostrar el material con que se trabaja, poner el ojo en qué y el cómo se hace todo un arsenal lingüístico (eso que llamamos poema). Son textos que no pretenden seducirnos (a pesar de que originalmente estén confeccionados con un cuidado notable desde su música) mas sí nos cuestionan y nos dejan incómodos. Esta antología muestra este panorama: que cuanto se transa en un lenguaje se somatiza no por aquello que se enuncia, sino por lo que está fuera, que enfrentamos día a día y que la letra apenas toca. Son los pliegues de un relieve que cuesta digerir, un montaje que devela lo que pasa tras bambalinas. O un callejón por el que transitamos saturados de sustancias, de interferencias; una especie de nonsense, una broma aguda que se traduce en un extrañamiento múltiple, donde lo que se nos dice nunca es.

  • Canten putos. Historia incompleta de los cantitos de cancha

    104 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    El procedimiento es simple y conocido: la hinchada de un equipo de fútbol toma una canción popular, le cambia la letra y la canta a coro en la cancha para transmitir un mensaje. En la Argentina, sin embargo, las transformaciones pueden ser complejas y maravillosas. La balada de una cantante mexicana se convierte en un cantito que amenaza con quemar el barrio porteño de Floresta. Una oda inspirada en las montañas de Aspen se usa para separar a los “vigilantes” de los que “tienen aguante”. Una obra compuesta por un canadiense para un musical hippie termina siendo el cantito más conocido de la selección uruguaya. Una docena de canciones brasileñas sirven como base melódica para cantitos de pasión, violencia y odio. Las marchas de los partidos políticos se adaptan a cantitos de cancha. Los cantitos de cancha se cantan en las marchas políticas. Canciones de Erasure, Village People o Víctor Heredia pueden derivar en cantitos homofóbicos. La cumbia La pollera amarilla puede servir para un mensaje de xenofobia extrema. Ya desde el título, este libro propone mostrar y pensar este fenómeno cultural, con todos sus vicios y virtudes, a flor de piel. En estas crónicas, el autor rastrea la historia de los cantitos de cancha. En su rol de detective, Soriano intenta unir el puente entre los autores de las canciones originales y sus adaptaciones. Pero cuanto más busca, más dudas y misterios encuentra.   

  • El poema del hachís

    54 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.

     

    Escrito en prosa hace más de ciento cincuenta años, este Poema del hachís es un desborde a la noción de género, una mezcla entre ensayo científico, poesía y testimonio. Baudelaire investiga de forma erudita y lucida sobre los orígenes del hachís, su uso espiritual y recreativo, y sobre todo las alteraciones que genera en la conciencia. Se trata de una invitación a pensar el consumo como una forma de conocimiento, una excitación de la imaginación, que cuestiona tanto el acercamiento ingenuo a las drogas como la moralina que objeta su uso cotidiano.

  • Justicia acústica. Escucha, peformatividad y trabajo de reorientación

    322 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    Es indudable que la escucha es medular en la vida cívica, por cuanto lo que se pone en juego en la acústica son las formas de poder. En atención a las maneras de escuchar, participación de la vida en común para centrarse en cómo lo que compone, Brandon LaBelle examina las dinámicas de la sonoridad es un medio dinámico que fomenta el potencial crítico y creativo de los individuos a la hora de reconfigurar la praxis social: capacidad de respuesta, resistencia, comprensión, disputa y reorientación, son claves en las luchas por el derecho a hablar y ser escuchado. Ahondar en el reconocimiento como forma neurálgica de participación implica ampliar las normas de lo acústico, que tocan directamente las cuestiones de lugar y desplazamiento, fronteras y comunidad, y que terminan por definir las capacidades del escuchar en tanto «ecologías poéticas de resonancia». Así, Justicia acústica indaga entre las prácticas sociales, el arte sonoro, la performatividad y las poéticas de la voz en el marco de la comunidad, con el objetivo de apuntar estrategias de rechazo y reparación, por medio de su agencia sónica.

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