• ¿Editores? Me friegan los editores

    113 páginas | Tapa blanda | Formato: 13 x 20 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En sus intentos por publicar, Leonardo Herrera nos revela, de primera mano, los sinsabores de un sistema editorial casi kafkiano, el cual posterga indefinidamente su ingreso al selecto grupo de los autores de relativo prestigio, aquellos que no aspiran a vivir de la literatura sino, con razonable modestia, a ver sus obras exhibidas en librerías respetables o a tener ediciones que no se deshojen luego de una primera lectura. En este ir y venir por desventuras y breves esplendores, Leonardo Herrera se va encontrando con editores escurridizos, auditorios vacíos y amores que regresan para apuntalar su vocación literaria. La prosa elocuente, directa y siempre divertida de Lorenzo Helguero nos permite advertir la contenida odisea que significa la aparición de cada libro y cómo cada publicación es un desafío que pone a prueba el amor de los escritores por la literatura.

  • Bodas de plata

    90 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 20.5 cm.

     

    Los adolescentes crecen, pero el pasado no se marcha nunca. Las experiencias que los marcaron permanecen intactas y parecen seguir ocurriendo tiempo después. Esta cruel y divertida novela nos acerca al recuerdo violento de unos muchachos para percibir así cuánto porcentaje de odio enturbia sus actuales vidas. Bajo una máscara de humor, Bodas de plata describe la ferocidad que uno padece o ejerce sobre el otro durante los años de formación, y consigue, mediante la sencillez y la sugerencia, un retrato fiel de la barbarie cotidiana.

  • Canten putos. Historia incompleta de los cantitos de cancha

    104 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    El procedimiento es simple y conocido: la hinchada de un equipo de fútbol toma una canción popular, le cambia la letra y la canta a coro en la cancha para transmitir un mensaje. En la Argentina, sin embargo, las transformaciones pueden ser complejas y maravillosas. La balada de una cantante mexicana se convierte en un cantito que amenaza con quemar el barrio porteño de Floresta. Una oda inspirada en las montañas de Aspen se usa para separar a los “vigilantes” de los que “tienen aguante”. Una obra compuesta por un canadiense para un musical hippie termina siendo el cantito más conocido de la selección uruguaya. Una docena de canciones brasileñas sirven como base melódica para cantitos de pasión, violencia y odio. Las marchas de los partidos políticos se adaptan a cantitos de cancha. Los cantitos de cancha se cantan en las marchas políticas. Canciones de Erasure, Village People o Víctor Heredia pueden derivar en cantitos homofóbicos. La cumbia La pollera amarilla puede servir para un mensaje de xenofobia extrema. Ya desde el título, este libro propone mostrar y pensar este fenómeno cultural, con todos sus vicios y virtudes, a flor de piel. En estas crónicas, el autor rastrea la historia de los cantitos de cancha. En su rol de detective, Soriano intenta unir el puente entre los autores de las canciones originales y sus adaptaciones. Pero cuanto más busca, más dudas y misterios encuentra.   

  • Justicia acústica. Escucha, peformatividad y trabajo de reorientación

    322 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    Es indudable que la escucha es medular en la vida cívica, por cuanto lo que se pone en juego en la acústica son las formas de poder. En atención a las maneras de escuchar, participación de la vida en común para centrarse en cómo lo que compone, Brandon LaBelle examina las dinámicas de la sonoridad es un medio dinámico que fomenta el potencial crítico y creativo de los individuos a la hora de reconfigurar la praxis social: capacidad de respuesta, resistencia, comprensión, disputa y reorientación, son claves en las luchas por el derecho a hablar y ser escuchado. Ahondar en el reconocimiento como forma neurálgica de participación implica ampliar las normas de lo acústico, que tocan directamente las cuestiones de lugar y desplazamiento, fronteras y comunidad, y que terminan por definir las capacidades del escuchar en tanto «ecologías poéticas de resonancia». Así, Justicia acústica indaga entre las prácticas sociales, el arte sonoro, la performatividad y las poéticas de la voz en el marco de la comunidad, con el objetivo de apuntar estrategias de rechazo y reparación, por medio de su agencia sónica.

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