• Canten putos. Historia incompleta de los cantitos de cancha

    104 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    El procedimiento es simple y conocido: la hinchada de un equipo de fútbol toma una canción popular, le cambia la letra y la canta a coro en la cancha para transmitir un mensaje. En la Argentina, sin embargo, las transformaciones pueden ser complejas y maravillosas. La balada de una cantante mexicana se convierte en un cantito que amenaza con quemar el barrio porteño de Floresta. Una oda inspirada en las montañas de Aspen se usa para separar a los “vigilantes” de los que “tienen aguante”. Una obra compuesta por un canadiense para un musical hippie termina siendo el cantito más conocido de la selección uruguaya. Una docena de canciones brasileñas sirven como base melódica para cantitos de pasión, violencia y odio. Las marchas de los partidos políticos se adaptan a cantitos de cancha. Los cantitos de cancha se cantan en las marchas políticas. Canciones de Erasure, Village People o Víctor Heredia pueden derivar en cantitos homofóbicos. La cumbia La pollera amarilla puede servir para un mensaje de xenofobia extrema. Ya desde el título, este libro propone mostrar y pensar este fenómeno cultural, con todos sus vicios y virtudes, a flor de piel. En estas crónicas, el autor rastrea la historia de los cantitos de cancha. En su rol de detective, Soriano intenta unir el puente entre los autores de las canciones originales y sus adaptaciones. Pero cuanto más busca, más dudas y misterios encuentra.   

  • Lucía tiene calle

    Autor/a:Eliana Otta

    44 páginas | Tapa dura | Formato: 22 x 22 cm.
    Nominado a Mejor libro infantil 2021. Premio Luces de El Comercio.
    Año de publicación: 2021

     

    Lucía tiene calle es un viaje por Lima a través de los ojos de una niña en su vehículo favorito: su colorida y eficiente bicicleta. Mientras recorre la ciudad, Lucía comparte con nosotros las memorias que tiene de distintos puntos del mapa, donde los paisajes externos se unen con sus historias personales y las de su familia. Los desaparecidos cines de barrio, la vista panorámica desde el malecón de Chorrillos, las dulcerías favoritas de su abuelo o los carteles de las bodegas son paradas obligadas para pensar cómo se ha ido transformando Lima, donde barrios antiguos y nuevos, calles y edificios singulares, rincones y paisajes inolvidables conforman una geografía inusual, imaginaria y colectiva, que retrata nuestra capital y su reciente «desarrollo».
     

    Así, como jugando, este libro nos invita a comprender que las ciudades son su gente y la gente, reflejo de sus ciudades, mientras que los paseos de Lucía nos recuerdan que las ciudades están vivas y vibran con las memorias que construimos en ellas. Y a ti, ¿qué es lo que más te gusta de tu ciudad? ¿Cómo imaginas la Lima de tus sueños?

  • Una rueda dentro de una rueda. Cómo aprendí a andar en bicicleta

    78 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    El siglo XIX se despedía con aires de cambio. Expresiones como «igualdad», «libertad», «sufragio femenino», sonaban en las reuniones y en las calles de las grandes ciudades. Pronto, la bicicleta se integró en la revolución feminista y a las campañas de las sufragistas. «Pedalear por el sufragio», se convirtió en una proclama clave que se extendió como la pólvora. Así, el ciclismo pasó de ser una actividad recreativa, a tomar un significado reivindicativo contra las ataduras de la época victoriana. Sinónimo de liberación y de igualdad.
     
    Publicado por primera vez en 1895, Una rueda dentro de una rueda. Cómo aprendí a andar en bicicleta se transformó en todo un clásico. Un fascinante testimonio de la expansión de la bicicleta en el cambio de siglo, y de la libertad que este medio de trasporte ofrecía a las mujeres de entonces. Es también la crónica de una mujer singular: activista por reformas sociales contra el alcoholismo y el sufragio femenino –que afirmaba que las mujeres “deberían poder votar, especialmente si el marido estaba ebrio”–, que aprendió a andar en bicicleta a los 53 años de edad, motivando a las mujeres a superar las limitaciones de su época, y a involucrarse con prácticas que desafiaran su impuesto rol en la sociedad de finales del siglo XIX.

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