• Canten putos. Historia incompleta de los cantitos de cancha

    104 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    El procedimiento es simple y conocido: la hinchada de un equipo de fútbol toma una canción popular, le cambia la letra y la canta a coro en la cancha para transmitir un mensaje. En la Argentina, sin embargo, las transformaciones pueden ser complejas y maravillosas. La balada de una cantante mexicana se convierte en un cantito que amenaza con quemar el barrio porteño de Floresta. Una oda inspirada en las montañas de Aspen se usa para separar a los “vigilantes” de los que “tienen aguante”. Una obra compuesta por un canadiense para un musical hippie termina siendo el cantito más conocido de la selección uruguaya. Una docena de canciones brasileñas sirven como base melódica para cantitos de pasión, violencia y odio. Las marchas de los partidos políticos se adaptan a cantitos de cancha. Los cantitos de cancha se cantan en las marchas políticas. Canciones de Erasure, Village People o Víctor Heredia pueden derivar en cantitos homofóbicos. La cumbia La pollera amarilla puede servir para un mensaje de xenofobia extrema. Ya desde el título, este libro propone mostrar y pensar este fenómeno cultural, con todos sus vicios y virtudes, a flor de piel. En estas crónicas, el autor rastrea la historia de los cantitos de cancha. En su rol de detective, Soriano intenta unir el puente entre los autores de las canciones originales y sus adaptaciones. Pero cuanto más busca, más dudas y misterios encuentra.   

  • Justicia lingüística

    Traductor (del alemán): Niklas Bornhauser
    316 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2023

     

    A lo largo de estos escritos publicados póstumamente, Werner Hamacher examina las problemáticas ontoteológicas que subyacen en la justicia, la ley, el derecho y el juicio, para ahondar en su comportamiento anárquico y atélico, que está en la base de las De Platón, Aristóteles, pasando por Kant, Milton, Locke, Mendelssohn, organizaciones jurídicas occidentales. Hamann, Marx, Arendt, e incluso acotando registros más bien ajenos al canon como Legendre y Celan, el punto de partida de estas reflexiones es el axioma «Justicia es lengua». Esto quiere decir: si la lengua es en la medida de que remite a otro distinto de aquella, como puro remitir se aleja de determinaciones ontológicas, pero, al mismo tiempo, la lengua es condición de posibilidad del otro al que remite. La justicia, así entendida, sería previa al ser y más allá del ser, e incluso un fuera del ser que en último término lo guarda en tanto mismidad. Bajo las implicaciones de esta afirmación, Justicia lingüística es una de las contribuciones más relevantes para pensar que lo que se juega en las proscripciones y prescripciones de la vida normada es lo affundamental.

  • Mi culo es mío. Mujeres que bailan como se les canta

    160 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Si históricamente en los bailes populares censurados las protagonistas eran las caderas, más recientemente el foco de interés se fue desplazando al movimiento y sacudimiento glúteo. Y el trasero, la cola, el culo –las partes bajas del cuerpo en el léxico bajtiniano de lo popular– se fue imponiendo como un signo cultural y político en disputa, atravesado por miradas, debates y experiencias. Modos de bailar de alta densidad erótica como el perreo y el twerking y músicas como la cumbia, el reggaetón, el trap o el electro pop son vistas por muchos como sexistas y degradantes para las mujeres. Sin embargo, en estos años también ganaron visibilidad y aceptación otras miradas impulsadas por artistas que reivindican estas prácticas como formas de reapropiación del goce y la autonomía de los cuerpos. El baile fue tomado por los discursos feministas como un recurso para reivindicar la soberanía sexual, generando un acercamiento novedoso entre las reivindicaciones políticas de género y la exhibición erótica de las mujeres en el ámbito musical.
     

    Este libro propone un recorrido por las músicas panlatinas de origen popular y ascenso masivo y su sincronización con el movimiento Ni Una Menos y las luchas por los derechos de género, desde una perspectiva de crítica cultural feminista. “Mi culo es mío” parafrasea la consigna de los años sesenta Mi cuerpo es mío, que en la lucha contra la violencia machistay por el derecho al aborto legal cobró vigencia nuevamente, resituando discusiones y posiciones del feminismo respecto a la libertad sexual pública expresada en y con la música.

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