• Diario estúpido

    268 páginas | Tapa blanda | Formato: 18 x 26 cm.
    Año de publicación: 2023

     

    En 1966, Cecilia Vicuña, de dieciocho años, se obligó a escribir a máquina al menos una hoja al día, como un ejercicio “estúpido” para que salieran libremente, de manera casi inconsciente, sus intuiciones sobre la creación, la espiritualidad, el sexo o la política. “De pronto una fuerza invisible, como un aire caliente me despertó, agarrándome de la nuca, como las leonas agarran a sus cachorros. Me puso al borde de la cama y empezó a dictar. Había una Underwood al lado mío, y empecé a tipear”, recuerda. Durante cinco años se impuso esta tarea, hasta 1971, momento en que llevaba más de 1700 páginas, de las cuales este libro presenta una selección. Además de mostrar el espíritu de una época, dan cuenta de su formación como artista y las intuiciones de las que arranca su larga obra. De la pintura a las performances, del cine a la poesía, su trabajo ha calado en la sensibilidad contemporánea más allá de las fronteras nacionales, aplaudido por su celebración de lo precario y por construir una iconografía propia que une lo popular con lo ancestral, para hundir sus raíces en estos escritos tempranos, llenos de vitalidad y apertura hacia el mundo.

  • La cultura del miedo I. Democracia, identidad, seguridad

    Autor/a:Marc Crépon

    98 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2019

     

    Es por el mantenimiento de un miedo cotidiano que los regímenes autoritarios aseguran su influencia sobre la vida de cada individuo. Podríamos pensar que este miedo es propio de regímenes no democráticos cuyos dirigentes no tienen otro recurso para asegurar su dominación más que desarrollar una verdadera cultura del miedo. Sin embargo, hay un rasgo que distingue hoy en día a las democracias occidentales, que es precisamente el desarrollo exponencial de una cultura del miedo, a la cual ningún discurso político puede resistir.

  • La cultura del miedo II. La guerra de las civilizaciones

    Autor/a:Marc Crépon

    Traducción: Alejandro Bilbao y Javier Agüero Águila
    76 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21.5 cm.

     

    La tesis de “la guerra de las civilizaciones” obtuvo una mayor relevancia luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando algunos pensaron encontrar en su visión la clave para entender lo que había ocurrido. Desde entonces, esa idea no sólo no ha dejado de ser insidiosamente difundida en los discursos públicos, en virtud de la “identidad” y de la “seguridad”, sino que además ha inspirado las políticas de inmigración. Por todos lados, los poderes políticos, ideológicos y religiosos se han apoderado de la fuerza propia del apego que estas identificaciones suscitan para ejercer y conservar su control sobre la vida.

  • No tengo amigos, tengo amores

    106 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 17 x 24 cm.
    Año de publicación: 2018

     

    Este libro teje un relato biográfico urdido con la aguda labia de Pedro Lemebel, autor irreductible cuya voz única se deja oír en estas páginas. Forjado con extractos de setenta y dos entrevistas, que se inician a mediados de los noventa y culminan solo meses previos a su muerte, este volumen contiene sus reflexiones políticas y vitales con una transparencia punzante. Porque Lemebel era, antes que todo, un orador desbordante que desestabilizaba a cualquier interlocutor. Dueño de una pluma afilada, barroca, cargada de dardos de certeza e ironía, Lemebel desnudó las heridas y las supuestas glorias nacionales desde la periferia de los cenáculos y camarillas literarias. Su legado es una escritura ineludible y un modelo para comprender la transgresión política desde la teoría del género. Sus opiniones impactaron como un certero gancho izquierdo a la mandíbula de las pulcras conciencias de la transición. No tengo amigos, tengo amores refleja al Lemebel crítico y teórico, que fundía experiencia y política y sospechó siempre de la “cueca democrática”. Un autor que seguiremos leyendo el próximo siglo, que nos habló de frente, sin pestañear: “No necesito disfraz/ aquí está mi cara/ hablo por mi diferencia”.

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