• Aquiles y la Guerra de Troya

    Ilustradora: Estelí Slachevsky Aguilera
    178 páginas | Tapa blanda | Formato: 17 x 24 cm.

     

    Este libro se centra en el personaje de Aquiles, héroe griego y semidiós, hijo de un mortal y de una diosa. Es una versión de la Ilíada que recoge episodios del poema de la guerra de Troya, pensando en lectores jóvenes y adultos que no conocen este texto fundamental. Los versos del poema de Homero nos entregan una visión amplia de la guerra y de la condición humana que en ella se da, sin una visión maniquea de buenos y malos; por el contrario, se exaltan por igual los sufrimientos, valentía, miedo de los guerreros griegos y troyanos. Así como se destaca la figura de Aquiles, también nos conmueve la figura de Héctor, hijo del rey Príamo de Troya.

  • Imágenes (para seguir). De la persecución en el cine y otros sitios

    Traductor (del francés): Ignacio Albornoz
    324 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Con un estilo desenfadado y rico en asociaciones, este libro que quiere no ser tal propone una reflexión aguda y actual en torno a las imágenes y su circulación, principalmente a través del cine, pero también en compañía de otras artes, como la música, la literatura y el teatro. Preguntándose por lo que la sigue y por lo que la persigue, Marie-José Mondzain hilvana con esta obra de montaje sin imágenes el itinerario de su propia vida junto al cine: una vida de encuentros inopinados, de detenciones y seguimientos, que el acucioso análisis intercalado de algunas películas mayores –de Las Hurdes a Tropical Malady, de À propos de Nice a The Birds– va iluminando subrepticiamente, por alusiones y sobreentendidos.
     
    Libro de temas múltiples –la persecución, el pueblo, la democracia, el carnaval, la guerra, la religión y la potencia política del arte–, Imágenes (para seguir) extiende en definitiva una invitación para pensarse en y con las imágenes; para posicionarnos de igual a igual frente a ellas y hacer circular a partir de ahí nuestros discursos, como los sujetos de habla y de deseo que somos.

Menú principal