• Imágenes (para seguir). De la persecución en el cine y otros sitios

    Traductor (del francés): Ignacio Albornoz
    324 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Con un estilo desenfadado y rico en asociaciones, este libro que quiere no ser tal propone una reflexión aguda y actual en torno a las imágenes y su circulación, principalmente a través del cine, pero también en compañía de otras artes, como la música, la literatura y el teatro. Preguntándose por lo que la sigue y por lo que la persigue, Marie-José Mondzain hilvana con esta obra de montaje sin imágenes el itinerario de su propia vida junto al cine: una vida de encuentros inopinados, de detenciones y seguimientos, que el acucioso análisis intercalado de algunas películas mayores –de Las Hurdes a Tropical Malady, de À propos de Nice a The Birds– va iluminando subrepticiamente, por alusiones y sobreentendidos.
     
    Libro de temas múltiples –la persecución, el pueblo, la democracia, el carnaval, la guerra, la religión y la potencia política del arte–, Imágenes (para seguir) extiende en definitiva una invitación para pensarse en y con las imágenes; para posicionarnos de igual a igual frente a ellas y hacer circular a partir de ahí nuestros discursos, como los sujetos de habla y de deseo que somos.

  • Un rumor entre los árboles. Poemas sobre naturaleza y pájaros

    92 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    En 1840, Emily Dickinson ingresó a la prestigiosa Academia de Amherst, sólo dos años después de que se aceptaran a mujeres. Allí, durante siete años estudió literatura, historia, religión, geografía, matemáticas, biología, griego y latín, y aprendió floricultura, horticultura y jardinería. En una clase de botánica, Emily quedó tan fascinada que empezó a elaborar su propio herbario, en el que acumuló cientos de plantas y flores prensadas, acompañadas de sus respectivos nombres en latín. Así nacerán los poemas contenidos en este volumen, en los que Dickinson se vincula, en su praxis cotidiana de la palabra, no sólo con una amplia variedad de especies vegetales, sino también con los pájaros, pues una importante fracción de su poesía, de una modernidad alejada de sus contemporáneos, está dedicada a la reflexión y contemplación de su entorno natural. «Si tengo la sensación física de que me levantan la tapa de los sesos, sé que eso es poesía», dirá Dickinson, afirmación que, sin duda alguna, define la experiencia que es su poesía. Estas páginas son destellos sutiles de una amante de la naturaleza, en comunicación con la tierra como alimento diario, su palabra llega hasta nosotros como flechas lanzadas hacia nuestro presente y futuro.

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