• Desubicados

    80 páginas | Tapa blanda | Formato: 12 x 16 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Empieza así: una mujer padece un fuerte insomnio, producido por sus vecinos del otro lado de la pared, que se entregan a un sonoro ejercicio sexual. A lo que se le suma el plazo urgente que su pareja le ha dado para que decida si finalmente quiere irse de la ciudad contra la que tanto despotrica. Sitiada por el agotamiento y las demandas, huye a los zoológicos para ver si ahí encuentra una respuesta, o al menos un remanso.
     

    “Siempre vengo acá cuando veo que todo se desencaja y que no hay quién lo entienda. Los seres humanos me parecen remotos, incomprensibles. Me acurruco en algún lugar entre las jaulas, como un bicho más, y mi ánimo se apacigua”. Con una prosa sofisticada e irónica, Desubicados es el relato de una mujer que camina entre animales como una manera de encontrar su lugar. Ella es la otra “desubicada” de estas páginas en las que la narración se va entrelazando con una mirada crítica hacia el antropocentrismo y los procesos de espectacularización a los que son sometidos todas las especies. Casi veinte años después de su primera edición, recuperamos este magnífico ensayo narrativo, corregido y con prólogo nuevo.

    Desubicados

    S/ 50.00S/ 55.00
  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

Menú principal