• Contra el desarrollo personal

    Traducción: María Emilia Tijoux
    110 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Cada día vemos cómo prolifera la idea de que el logro de nuestros objetivos (como alcanzar la felicidad) depende de cuánto pongamos de nuestra parte conseguirlo. Todo está en conocernos y desplegar nuestro yo interior para que ese poder se manifieste hacia lo que queremos y deseamos. Es así como se realizan seminarios, coaching, talleres, aparecen artículos y una serie de libros que nos invitan a tomar las riendas de nuestras vidas. La moda del desarrollo personal se impone y nos insta a liberarnos de nuestras creencias limitantes y adquirir un “crecimiento interior” para convertirnos en mejores personas. Bajo el principio “si tú quieres, tú puedes”, aseguran que es el camino para lograr la autorrealización y el éxito personal.
     

    Sin embargo, Thierry Jobard viene a problematizar esta tendencia que promete mucho y deja poco. Basado en la psicología positiva, el desarrollo personal se presenta como una solución a nuestros problemas, pero en los hechos es una ilusión que evita enfrentar la realidad. El mercado de la psicología positiva crece de manera inversamente proporcional con el nivel de desesperación social, distrayéndonos de la posibilidad de reflexionar críticamente sobre nuestra condición actual, mientras nos ofrece una versión utilitaria de la felicidad que reduce nuestras expectativas a una cuestión meramente personal e individual.
     

    Detrás de los discursos inofensivos que sustentan esta moda, vemos la expresión de una ideología política. Porque el modelo de bienestar que promete el desarrollo personal constituye con frecuencia una autoexplotación. El colectivo desaparece, no existe, y deja paso a individuos responsables de todo, de su destino, su trabajo, su salud.

  • Desvelos de verano

    112 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21.5 cm.
    Año de publicación: 2023

     

    «Los desvelos del verano no pueden compararse con otros», dice uno de los narradores de los trece cuentos que integran este volumen. El verano es la estación de la abundancia y el descanso, de la luz y el placer. Pero cuando el calor no afloja, el sol que quema todo a su alrededor cede ante el sopor empalagoso y turbio de la noche. Entonces se siente el grito desesperado de las chicharras, los insectos giran frenéticos en torno a los faroles, las sábanas se pegan a la piel y el desvelo reina inexorable. De distintas e inquietantes maneras, estos relatos atraviesan ese tiempo muerto que empieza cuando el desvelado de verano deja su cama y se levanta, esas horas que no existen o que lo hacen cubiertas de una cierta irrealidad, ese intersticio en que todo puede pasar. Con soltura y deslumbrante ritmo, Martín Kohan nos envuelve en la atmósfera sofocante de un verano que ha sido demasiado largo, para hendirla después con una prosa que dice y omite con precisión, que nos desconcierta y nos deja ávidos de más. “Desvelos de verano” es el último libro de cuentos de uno de los narradores argentinos más interesantes y virtuosos de este momento.

  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

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