• El día que mamá se transformó en dragón

    50 páginas | Tapa dura | Formato: 20 x 22 cm.
    Manejo de las emociones
    Ilustradora: Wonky Steverlynck
    Año de publicación: 2024

     

    La mayoría de las veces mi mamá es muy tierna y cariñosa. Sin embargo, un día, cuando hicimos algunas maldades con mis hermanos, ¡ella se transformó en algo irreconocible!
     
    Nosotros nos asustamos mucho y cuando al fin volvió a ser ella pudimos ver que a mi mamá también la pueden desbordar sus emociones: ¡Al igual que a nosotros! Te invito a leer esta historia, tal vez encuentres que mi mamá se parece mucho a la tuya.

  • La máquina de hacer pájaros. Charly, el rock progresivo y la dictadura

    160 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    ¿Qué fue La Máquina de Hacer Pájaros? ¿Una transición? ¿Una consecuencia del fanatismo de Charly por Yes y Genesis? ¿Un alarde de destreza? ¿Una respuesta a la arrogancia de Piazzolla? ¿Un corte definitivo con el folk adolescente de Sui Generis? ¿La inspiración de sus amoríos con María Rosa Yorio y Zoca Pederneiras? ¿Un refugio posible durante la dictadura? ¿Un trampolín hacia Serú Girán?

     

    Esta es la historia del grupo que lideró Charly García entre 1976 y 1977, transcurrida entre los estudios ION, el estadio Luna Park, la redacción de la revista Expreso Imaginario y el reinado del rock progresivo durante la época más violenta de la Argentina.

  • Thomas Wainewright, envenenador y otros textos fulminantes

    Autor/a:Oscar Wilde

    116 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Aunque varios de los textos que componen este librito de apariencia breve no habían sido antes traducidos al castellano, no es ésa la principal gracia que el lector encontrará en ellos. Al decir del traductor y encargado de la selección, Juan Manuel Vial, estos escritos nos muestran a un Oscar Wilde desconocido, que no figura, ni siquiera como espectro, en sus grandes obras literarias. Preocupado de asuntos espectaculares, como la existencia de aquel admirable envenenador llamado Thomas Wainewright, y de otros más cotidianos, como la decoración del hogar, la filosofía del vestir, las peculiaridades de los habitantes de Estados Unidos y las vicisitudes de las modelos y los modelos en Londres, Wilde se revela aquí como un férreo defensor del buen gusto, sin privarse, claro que no, de lanzar dardos emponzoñados en contra de los falsarios, los académicos y todos quienes, siguiendo una u otra moda, acabaron construyendo horrores, ya fuera en el arte o en la vida misma.

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