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Cantar del Waqachuta y otros cuentos
156 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 15 x 21 cm.
Leyendo el cuento El guardián de Paccayura, incluido en este libro que va por su cuarta edición, he vibrado de alegría y de tristeza, al comprobar la calidad narrativa de este joven escritor apurimense. Al recorrer la trama del relato he sentido alegría por la hondura y originalidad de su prosa, labrada con palabras y expresiones del «españoquechua», que maneja con destreza poética este discípulo literario de José María Arguedas, Gamaliel Churata y de otros grandes del arte de narrar que felizmente están entre nosotros (Enrique Rosas, Mario Guevara, Luis Nieto Degregori, Zelideth Chávez). Y mi mente se ha puesto triste porque Niel Palomino me ha hecho recordar que «nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir», como lo dijo Jorge Manrique y lo comprobaron Vallejo, Arguedas, Florián y tantos otros creadores que han pasado de la vida a la muerte, como ocurre con los padres del narrador de El guardián de Paccayura. Como el cuento referido, en este volumen hay otros cinco de la misma factura. Cuentos escritos con talento de auténtico fabulador que, nos revelan el mundo y el ser de los hombres de Grau – Apurímac llamados wakachutas.
S/ 39.00Cantar del Waqachuta y otros cuentos
S/ 39.00 -
Un rumor entre los árboles. Poemas sobre naturaleza y pájaros
92 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
Año de publicación: 2024En 1840, Emily Dickinson ingresó a la prestigiosa Academia de Amherst, sólo dos años después de que se aceptaran a mujeres. Allí, durante siete años estudió literatura, historia, religión, geografía, matemáticas, biología, griego y latín, y aprendió floricultura, horticultura y jardinería. En una clase de botánica, Emily quedó tan fascinada que empezó a elaborar su propio herbario, en el que acumuló cientos de plantas y flores prensadas, acompañadas de sus respectivos nombres en latín. Así nacerán los poemas contenidos en este volumen, en los que Dickinson se vincula, en su praxis cotidiana de la palabra, no sólo con una amplia variedad de especies vegetales, sino también con los pájaros, pues una importante fracción de su poesía, de una modernidad alejada de sus contemporáneos, está dedicada a la reflexión y contemplación de su entorno natural. «Si tengo la sensación física de que me levantan la tapa de los sesos, sé que eso es poesía», dirá Dickinson, afirmación que, sin duda alguna, define la experiencia que es su poesía. Estas páginas son destellos sutiles de una amante de la naturaleza, en comunicación con la tierra como alimento diario, su palabra llega hasta nosotros como flechas lanzadas hacia nuestro presente y futuro.
S/ 55.00