• El legado de la piedra

    Autor/a:Heber Abrill

    498 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 23 cm.
    Año de publicación: 2025

    Una familia poderosa. Un oscuro decreto ancestral. Un código inquebrantable que los ha mantenido en la cima por generaciones… pero a un alto precio. Los De la Piedra han forjado su historia con fuego y sangre, enfrentando un destino que parece inevitable: la desaparición de sus herederos en circunstancias trágicas y tempranas. Mientras sus miembros caen uno a uno, el peso de una maldición oculta se hace más evidente. Ahora uno de ellos se atreve a desafiar el orden establecido. Decidido a descubrir la verdad que condena a su linaje, emprende una lucha desesperada por cambiar su destino. En esta novela, el autor ha volcado sus obsesiones históricas y literarias más íntimas, al punto de amalgamar una potente alegoría sobre las consecuencias materiales y espirituales de las convenciones sociales y los códigos familiares.

  • La única cosa que es probable que rompas es todo. Antología de poesía joven en Alaska

    125 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13.5 x 21 cm.

     

    Con una distribución que busca dedicar cada parte con una naturaleza poética diferente, el poemario se basa en perspectivas narrativas de poetas nacidos o residentes en Alaska; cada uno con visión diferente del transcurso de la vida en “exilio” y la apreciación personal que permite diferir los capítulos entre sì y brindar cierta prosa y musicalidad a hechos comunes que carecen de una sensación de fantasía; en esta búsqueda de un complemento a la realidad.

  • Thomas Wainewright, envenenador y otros textos fulminantes

    Autor/a:Oscar Wilde

    116 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Aunque varios de los textos que componen este librito de apariencia breve no habían sido antes traducidos al castellano, no es ésa la principal gracia que el lector encontrará en ellos. Al decir del traductor y encargado de la selección, Juan Manuel Vial, estos escritos nos muestran a un Oscar Wilde desconocido, que no figura, ni siquiera como espectro, en sus grandes obras literarias. Preocupado de asuntos espectaculares, como la existencia de aquel admirable envenenador llamado Thomas Wainewright, y de otros más cotidianos, como la decoración del hogar, la filosofía del vestir, las peculiaridades de los habitantes de Estados Unidos y las vicisitudes de las modelos y los modelos en Londres, Wilde se revela aquí como un férreo defensor del buen gusto, sin privarse, claro que no, de lanzar dardos emponzoñados en contra de los falsarios, los académicos y todos quienes, siguiendo una u otra moda, acabaron construyendo horrores, ya fuera en el arte o en la vida misma.

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