• La única cosa que es probable que rompas es todo. Antología de poesía joven en Alaska

    125 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13.5 x 21 cm.

     

    Con una distribución que busca dedicar cada parte con una naturaleza poética diferente, el poemario se basa en perspectivas narrativas de poetas nacidos o residentes en Alaska; cada uno con visión diferente del transcurso de la vida en “exilio” y la apreciación personal que permite diferir los capítulos entre sì y brindar cierta prosa y musicalidad a hechos comunes que carecen de una sensación de fantasía; en esta búsqueda de un complemento a la realidad.

  • Leñador

    Autor/a:Mike Wilson

    483 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 22 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    Un excombatiente huye de su pasado y llega a los bosques del Yukón. Es recibido en un campamento de leñadores que usan herramientas tradicionales para talar pinos. Ellos le entregan un hacha vieja, de cabo de olmo y filo de acero. Con ella, hace de su búsqueda un oficio, del entorno un aprendizaje y de la experiencia una inspiración.
     

    Publicada originalmente en 2013 y reconocida con numerosos premios, esta novela es considerada una obra única e irrepetible, un secreto a voces que sigue encontrando lectores seducidos por su hipnótica peculiaridad.

    Leñador

    Autor/a:Mike Wilson
    S/ 89.00
  • Thomas Wainewright, envenenador y otros textos fulminantes

    Autor/a:Oscar Wilde

    116 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Aunque varios de los textos que componen este librito de apariencia breve no habían sido antes traducidos al castellano, no es ésa la principal gracia que el lector encontrará en ellos. Al decir del traductor y encargado de la selección, Juan Manuel Vial, estos escritos nos muestran a un Oscar Wilde desconocido, que no figura, ni siquiera como espectro, en sus grandes obras literarias. Preocupado de asuntos espectaculares, como la existencia de aquel admirable envenenador llamado Thomas Wainewright, y de otros más cotidianos, como la decoración del hogar, la filosofía del vestir, las peculiaridades de los habitantes de Estados Unidos y las vicisitudes de las modelos y los modelos en Londres, Wilde se revela aquí como un férreo defensor del buen gusto, sin privarse, claro que no, de lanzar dardos emponzoñados en contra de los falsarios, los académicos y todos quienes, siguiendo una u otra moda, acabaron construyendo horrores, ya fuera en el arte o en la vida misma.

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