• Antigonick de Sófocles

    Autor/a:Anne Carson

    89 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 22 cm.
    Año de publicación: 2022

     

    Antígona es la última obra de la saga de Edipo. Luego de que la historia, el arte y la filosofía la han interpretado de múltiples maneras –Hegel, Brecht, Butler, Bachmann, por mencionar algunas–, la poeta canadiense Anne Carson desarrolla su propia versión: una traducción libre con omisiones, realces y una mirada actual que confirma la fuerza de la tragedia, si no la del mito original. Edición bilingüe.

  • La caída de Roma

    Autor/a:Anne Carson

    Traductora: Soledad Marambio
    80 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 15.5 x 23 cm.

     

    Este es un poema en setenta trozos. Setenta escenas, pesadillas, sueños y pasajes que dan forma a esta guía para viajeros, no para turistas de imágenes veloces, de fotografías que parten de un teléfono hacia al mundo, sino para quienes descienden sobre Roma ya perdidos y condenados a seguir perdiéndose.

    La caída de Roma

    Autor/a:Anne Carson
    S/ 39.00
  • Los niños muertos

    192 páginas | Tapa blanda | Formato: 13.5 x 20.5 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    La exigencia política e histórica de Parra camina en paralelo a su exigencia literaria. La cita con la que se abre el libro está sacada de las “Memorias del subsuelo” de Dostoievski: “Somos criaturas muertas al nacer y hace tiempo que nacemos de padres no vivos”. La historia, los estratos de tierra, los fantasmas, los muertos en vida, los de abajo… Ninguna corrupción es mágica. La pobreza engendra debilidad y una forma de violencia que no se encamina en una dirección transformadora. En Los niños muertos Parra es un escritor sensible, certero y valiente.

  • Thomas Wainewright, envenenador y otros textos fulminantes

    Autor/a:Oscar Wilde

    116 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Aunque varios de los textos que componen este librito de apariencia breve no habían sido antes traducidos al castellano, no es ésa la principal gracia que el lector encontrará en ellos. Al decir del traductor y encargado de la selección, Juan Manuel Vial, estos escritos nos muestran a un Oscar Wilde desconocido, que no figura, ni siquiera como espectro, en sus grandes obras literarias. Preocupado de asuntos espectaculares, como la existencia de aquel admirable envenenador llamado Thomas Wainewright, y de otros más cotidianos, como la decoración del hogar, la filosofía del vestir, las peculiaridades de los habitantes de Estados Unidos y las vicisitudes de las modelos y los modelos en Londres, Wilde se revela aquí como un férreo defensor del buen gusto, sin privarse, claro que no, de lanzar dardos emponzoñados en contra de los falsarios, los académicos y todos quienes, siguiendo una u otra moda, acabaron construyendo horrores, ya fuera en el arte o en la vida misma.

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