• El Enigma, seres oscuros

    110 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 20 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Novela juvenil que toma como protagonista a seres fantásticos como licántropos, brujas, hechiceros rojos, hadas y como protagonista al angelmoniun. Este entrega nos muestra la fragilidad de las emociones así como la necesidad de establecer vínculos.

  • Fila para la gloria. Convertirse en Julio Ramón Ribeyro

    Autor/a:Paul Baudry

    363 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14.5 x 22.5 cm.

     

    Con este libro, el autor nos acerca al proceso de construcción de la imagen del cuentista más importante de nuestro país, a partir de su recorrido intelectual, moral y político. Revisa la visión que se tiene de él desde la escuela, que lo sigue leyendo como un artista de izquierdas, desde las coordenadas de un neorrealismo militante, sustentado en el prestigio de sus funciones diplomáticas bajo el gobierno revolucionario de Velasco, pero sin considerar las constantes conservadoras que atraviesan sus textos.

  • La noche. Vivir sin testigo

    Traducción del francés
    128 páginas | Tapa blanda | Formato: 15 x 22 cm.
    Año de publicación: 2020

     

    La hipótesis que este libro no cesa de profundizar es que le damos nuestro consentimiento a la noche porque está desprovista de testigos designados. El bandido actúa en la oscuridad esperando que nadie pueda reconocerlo en el tribunal. El poeta busca en la noche una inocencia que no encuentra en el día. De una manera menos sublime, quien entra en la noche para no dormir escapa por un tiempo a los juicios del resto o al de su propia conciencia. Velan para ya no ser vigilados. El arte de vivir sin testigo también acarrea obligaciones: existe una ley de la noche, de aspecto menos jurídico que la ley del día, pero no por ello es menos exigente. Pensar la noche es pensar la manera en que la oscuridad cambia nuestra percepción, transforma nuestra relación con los otros o modifica nuestra experiencia del tiempo, pero siguiendo siempre las reglas que le son propias. Para el autor, es necesario privilegiar no la oposición binaria entre lo nocturno y lo diurno, sino las situaciones en las que entran en un prometedor conflicto. Sin eso, el día olvidaría que él es el día de la noche que lo precede: solo habría lugar para una pálida transparencia en la que todos están dispuestos a ser testigos.

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