• El impulso conservador. El cambio como experiencia de pérdida

    324 páginas | Tapa blanda | Formato: 14 x 21 cm.
    Traductora: Soledad Lagos
    Año de publicación: 2022

     

    ¿De qué manera abordan los seres humanos los cambios radicales? ¿Cómo se perciben, tanto en el ámbito individual como en el socio-político, por ejemplo, la muerte y el duelo, el exilio y la pérdida de la patria, pero también la hiperinflación, las revoluciones o los abruptos cambios socio-económicos que propician el desarrollo?
     

    El Dr. Peter Waldmann describe cómo las situaciones en que se experimentan cambios radicales cuestionan las estructuras tradicionales, y cómo desatan el temor a perderlo todo, teniendo como consecuencia el aferrarse a lo conocido, a lo antiguo. Simultáneamente a esto, también se encuentran ciertos grupos de la población que recibe los cambios con alegría y así alientan la esperanza de un futuro promisorio. Dividendo la sociedad en sectores opuestos.
     

    El autor define entonces al impulso conservador como una categoría extremadamente ambivalente y, a su vez, se constituye como una herramienta útil, tanto para cuestionar o frenar, como asimismo para impulsar e incluso convertirse en uno de los requisitos centrales de la dinámica del desarrollo, según la época, el contexto y la relación entre las fuerzas involucradas.

  • Susan Sontag. La entrevista completa de Rolling Stone

    142 páginas | Tapa blanda | Formato: 13 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Ensayista, directora de cine, novelista y activista de numerosas causas políticas, Susan Sontag encarnó durante cuatro décadas la esencia del intelectual público: aquella figura capaz de escribir sobre diversas áreas del saber –estética, filosofía, literatura, psicoanálisis– con el objetivo de ampliar las fronteras de la mirada, sin miedo al escrutinio del poder ni al cuestionamiento de los valores establecidos.
     

    Jonathan Cott, por su parte, conoció a la autora de Contra la interpretación en los agitados años 60, mientras era estudiante del Columbia College. A fines de los 70, cuando ya era editor para Europa de la revista Rolling Stone, entrevistó a Sontag en dos extensas jornadas, primero en París y luego en Nueva York. Este libro reúne por primera vez la conversación completa. Su punto de partida es el célebre ensayo Sobre la fotografía, los cuentos de Yo, etcétera y el volumen La enfermedad y sus metáforas. Lo impresionante, sin embargo, es el punto de llegada: al igual que en sus elogiados ensayos, el diálogo con Susan Sontag fluye de un tema a otro, en un sinuoso discurrir de ideas, para terminar abarcándolo todo: la lectura, el rock, los celos, la guerra, el arte, la sexualidad, la muerte.
     

    El resultado es un texto que plasma la curiosidad que siempre distinguió a la autora, así como su rechazo al conformismo y la voluntad de revisar sus juicios permanentemente. En suma, estás páginas se leen como la autobiografía intelectual de una de las críticas más gravitantes del siglo XX, alguien para quien amar, desear y pensar eran actividades entre las que no existía separación alguna.

  • Thomas Wainewright, envenenador y otros textos fulminantes

    Autor/a:Oscar Wilde

    116 páginas | Tapa blanda | Formato: 10 x 20 cm.
    Año de publicación: 2014

     

    Aunque varios de los textos que componen este librito de apariencia breve no habían sido antes traducidos al castellano, no es ésa la principal gracia que el lector encontrará en ellos. Al decir del traductor y encargado de la selección, Juan Manuel Vial, estos escritos nos muestran a un Oscar Wilde desconocido, que no figura, ni siquiera como espectro, en sus grandes obras literarias. Preocupado de asuntos espectaculares, como la existencia de aquel admirable envenenador llamado Thomas Wainewright, y de otros más cotidianos, como la decoración del hogar, la filosofía del vestir, las peculiaridades de los habitantes de Estados Unidos y las vicisitudes de las modelos y los modelos en Londres, Wilde se revela aquí como un férreo defensor del buen gusto, sin privarse, claro que no, de lanzar dardos emponzoñados en contra de los falsarios, los académicos y todos quienes, siguiendo una u otra moda, acabaron construyendo horrores, ya fuera en el arte o en la vida misma.

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