• El nombre del Perú

    90 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13 x 20 cm.

     

    El nombre del Perú (1951) realiza un recuento de las diferentes versiones que existen sobre el origen del nombre de nuestro país. Porras sostiene que el nombre del Perú proviene de una deformación del nombre del cacique del Birú, cuyos reducidos dominios se hallaban en la costa del Darién en la frontera entre las actuales Panamá y Colombia. Hasta ahí llegaron los conquistadores en su primer viaje y al que los soldados y aventureros de Panamá decidieron llamar Perú. Así, el nombre del Perú habría surgido de la deformación castellana de un vocablo indígena. En sus conclusiones, el historiador señala: el nombre del Perú fue desconocido para los Incas. Fue impuesto por los conquistadores españoles y rechazado por los indios del Perú, que se negaban a usarlo, según el testimonio de Valera, Acosta y Garcilaso.

  • Luna, sol y brujas. Género y clase en los Andes prehispánicos y coloniales

    280 páginas | Tapa blanda | Formato: 17 x 24 cm.
    Año de publicación: 2021

     

    Se trata de un texto vigente para entender la gran importancia de las diversas manifestaciones y creencias de género practicadas en los territorios andinos, primero desde las culturas prehispánicas y luego bajo el colonialismo español, así como las relaciones de poder que se forjaron a partir de esos sistemas de dominación. Este trabajo muestra la trascendencia que tiene el abordaje del enfoque de género en el escenario histórico andino, con la profundidad y amplitud que merece su tratamiento. Y es que el género está articulado a la complejidad socioeconómica y cultural de nuestras sociedades particularmente con los procesos de jerarquización, pérdida de derechos, utilización de la sexualidad y control político e ideológico en las relaciones humanas y las formas de vida. El análisis de la problemática de género debería conducir a visibilizar las intolerancias, inequidades e injusticias estructurales, que parecen normalizar por lo que se ha dado en llamar la colonialidad del poder y por las superestructuras ideológicas, lamentablemente vigentes hasta nuestros días. Es decir, la modernidad y globalización hegemónicas las continúan reproduciendo bajo nuevas formas de dominación y de institucionalización de privilegios y desigualdades.

Menú principal