• Contra el desarrollo personal

    Traducción: María Emilia Tijoux
    110 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 14 x 21 cm.
    Año de publicación: 2024

     

    Cada día vemos cómo prolifera la idea de que el logro de nuestros objetivos (como alcanzar la felicidad) depende de cuánto pongamos de nuestra parte conseguirlo. Todo está en conocernos y desplegar nuestro yo interior para que ese poder se manifieste hacia lo que queremos y deseamos. Es así como se realizan seminarios, coaching, talleres, aparecen artículos y una serie de libros que nos invitan a tomar las riendas de nuestras vidas. La moda del desarrollo personal se impone y nos insta a liberarnos de nuestras creencias limitantes y adquirir un “crecimiento interior” para convertirnos en mejores personas. Bajo el principio “si tú quieres, tú puedes”, aseguran que es el camino para lograr la autorrealización y el éxito personal.
     

    Sin embargo, Thierry Jobard viene a problematizar esta tendencia que promete mucho y deja poco. Basado en la psicología positiva, el desarrollo personal se presenta como una solución a nuestros problemas, pero en los hechos es una ilusión que evita enfrentar la realidad. El mercado de la psicología positiva crece de manera inversamente proporcional con el nivel de desesperación social, distrayéndonos de la posibilidad de reflexionar críticamente sobre nuestra condición actual, mientras nos ofrece una versión utilitaria de la felicidad que reduce nuestras expectativas a una cuestión meramente personal e individual.
     

    Detrás de los discursos inofensivos que sustentan esta moda, vemos la expresión de una ideología política. Porque el modelo de bienestar que promete el desarrollo personal constituye con frecuencia una autoexplotación. El colectivo desaparece, no existe, y deja paso a individuos responsables de todo, de su destino, su trabajo, su salud.

  • El nombre del Perú

    90 páginas | Tapa blanda con solapas | Formato: 13 x 20 cm.

     

    El nombre del Perú (1951) realiza un recuento de las diferentes versiones que existen sobre el origen del nombre de nuestro país. Porras sostiene que el nombre del Perú proviene de una deformación del nombre del cacique del Birú, cuyos reducidos dominios se hallaban en la costa del Darién en la frontera entre las actuales Panamá y Colombia. Hasta ahí llegaron los conquistadores en su primer viaje y al que los soldados y aventureros de Panamá decidieron llamar Perú. Así, el nombre del Perú habría surgido de la deformación castellana de un vocablo indígena. En sus conclusiones, el historiador señala: el nombre del Perú fue desconocido para los Incas. Fue impuesto por los conquistadores españoles y rechazado por los indios del Perú, que se negaban a usarlo, según el testimonio de Valera, Acosta y Garcilaso.

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